¿Estás aportando mucho a la empresa en la que trabajas o tal vez estás agregando valor desmedido (AVD) al mercado a través de tu emprendimiento pero sientes que no estás siendo debidamente recompensado?
Vamos a asumir que el problema no es tu actitud.
Vamos a asumir que el problema tampoco es que te estás engañando donde según eres alto desempeño cuando en realidad no.
Si estos dos elementos no son el problema, entonces debes entender que estás empaquetando mal lo que haces.
Tus jefes, prospectos, clientes, colegas, proveedores, socios, colaboradores, el mundo en general, no te van a dar el reconocimiento ni financiero, ni emocional, ni intelectual, ni profesional si no te colocas en posición de ventaja natural para ello.
¿Qué es "empaquetarte bien"? Es venderte bien, es presumir como lo hacen los pros. ¿Por qué crees que los CEOs hacen presentaciones todo tipo en público a cada rato? Porque esa es la parte más importante de su trabajo —tanto para la visibilidad de la empresa como para sus bonos personales. Los presidentes hacen esto mismo. ¿Y tú? No sé, tú quieres que mágicamente, sin esfuerzo, tus superiores se den cuenta de lo genial que hiciste las cosas —como si no tuvieran mil millones de cosas más que exigen a diario su atención.
Tienes que aprender a hacer el ruido correcto, a ponerte al frente para tomar el crédito de manera ganadora.
(Si no dominas esto, siempre vas a estar frustrado porque otros con menos talento, menos méritos, pero con mejor técnica de auto-promoción van a conseguir mejores cosas que tú solo porque sí entienden bien el juego)
(Y sí, esto es injusto, lo sé, y lo ideal sería que tus resultados hablaran por sí mismos, y lo hacen, pero solo hasta cierto punto, porque los humanos queremos historias, queremos héroes, queremos inspiración, envidia, visión, ambición y todo esto es justamente lo que te toca aprender a entregar a los demás)
¿Qué significa "colocarte tú mismo en posición de ventaja natural"?
Mira, el reconocimiento —bonos, aplausos, ascensos, etcétera— lamentablemente no es de quien siembra y tampoco es de quien cultiva las cosas.
El reconocimiento es de quien vende bien las cosas.
Durante muchos siglos, el mercado te premiaba si eras fluido con las máquinas (machine-fluid).
Ahora el mercado te premia si eres fluido con la gente. A esto lo llamo ser human-fluid.
Entre más human-fluid eres, más reconocimiento obtienes, y esto es porque sabes empaquetarte bien (te vendes bien) y porque sabes jugar el juego bien también.
Deja de buscar justicia en el juego corporativo.
Deja de esperar que tus méritos sean bien evaluados.
Deja de desear lógica en el mercado.
Ejecuta muy bien lo que te corresponde, pero recuerda que eso es un veinte por ciento del verdadero trabajo: el resto es tu colocación en una posición de ventaja natural para extraer los frutos de ese esfuerzo.
No te quiero frustrado, al contrario, por eso es que me estoy tomando el tiempo de explicarte a detalle todo esto el día de hoy (mientras el delicioso desayuno que me preparó mi esposa se enfría, pero no le digas).
Te quiero capitalizado, con recursos, para que comiences a invertir algo de ese nuevo dinero de forma inteligente saliendo por fin de la pinche comarca a la que te aferras con todas tus garras.
Te quiero capitalizado para que por fin bendito hijo del señor te permitas acceder con menos miedo a las cuestiones premium que el mundo te ofrece con expertos genuinos que te van a ahorrar años y millones en tu carrera profesional y emprendimiento si tan solo te dejas.
Te quiero capitalizado para que dejes de sufrir por tonterías en las relaciones interpersonales de bajo desempeño en las que crees que debes estar con amigos, vecinos, familiares y demás y por fin expandas tu círculo haciendo networking donde salgas inspirado y con ganas de más y más con esas personas locas, ejecutoras, nuevas en tu vida.
Para esa capitalización, requieres un tipo de chispa interna diferente que te quite de la cabecita frases tontas de bajo desempeño estilo "presumir es malo", "hay que ser humildes", "eso de poner nuestras cosas en internet es para influencers", "es peligroso decir lo que hacemos en las redes" y demás.
Presumir tonterías sí es malo.
Presumir duro y constante lo que importa es lo mejor que puedes hacer por el pan en la mesa para tu familia (es lo que hago yo aquí todo el tiempo, presumiéndote con fotos y textos lo que hago, dónde lo hago, con quién lo hago, cómo lo hago y eso me genera oportunidades y es lo que intento explicarte aquí, en mis workshops y demás, hay un método, claro, no es poner todo ni cualquier cosa así por así, justo como jugar fútbol bien no es andar corriendo a lo loco por toda la cancha y pegarlo duro al balón nada más, ¿verdad? Técnica, hijo de la vida, técnica es lo que te explico).
Ser humilde es de pobres, es algo anacrónico, y en realidad es miedo disfrazado de virtud religiosa.
Y pensar que esto de exponerte en internet es solo para influencers, bueno, ¿pues qué crees? Sí, así es, y tú tienes que convertirte en uno de ellos, te guste o no, al igual que tienes que pagar impuestos al Estado y justo como el juez te va a exigir manutención cabrona si te separas de tu familia, así es esto (y puedes hacer todo el berrinche del mundo o crecerte tanto que hagas irrelevante el asunto tanto para tu ego como para tu cuenta bancaria —en otras palabras, que subas tanto de nivel que estos problemas sean mínimos en tu existencia).
Esto de saber empaquetarte bien es toda una carrera por sí misma, no es algo que vayas a dominar en dos semanas, sobre todo si apenas vas a comenzar a hacerlo. Hay una curva empinadísima de aprendizaje sobre todo en lo psicológico para que puedas comenzar a ver resultados. Exponernos no es algo que nos venga natural a muchos humanos y presumir lo que importa es un duelo difícil contra nuestra mentalidad-animalito salvaje que nos ha tenido capturados durante décadas y se va a resistir a dejarte brillar porque no le gustan estos cambios en lo absoluto.
En resumen:
→ Si sientes que entregas mucho pero recibes poco, probablemente tu problema es que no sabes venderte (empaquetarte).
→ Ejecutar bien es básico, pero nunca suficiente: tu verdadero trabajo es colocarte en posición de ventaja, presumir estratégicamente lo que haces y aprender a jugar el juego corporativo.
→ El mercado nunca premia la humildad; premia a quienes dominan el arte de la autopromoción.
A darle. A ser human-fluid. Deja las niñerías de decir "no me gusta, no puedo", ¿eso qué? Los pros hacemos lo que tenemos que hacer.
Y si no sabes por dónde comenzar, hijo de la vida, acércate a mi comunidad, a mí, a mis soluciones, no tienes idea la cantidad de personas a las que mi gente y yo hemos ayudado a crecer en ingresos y demás por darles estrategias personalizadas para que todo esto que hoy te expliqué aquí funcione a su favor.
Mi principal problema para lograr esto que te estoy explicando fue trabajar en mi psicología interna.
Yo no me gustaba.
Yo no era mi fan #1.
Yo no me echaba porras a mí mismo.
Me sentía falso, impostor.
Yo no creí en mí.
Tuve que abandonar durísimo a muchas ideas, personas y situaciones para darme permiso de quererme bien, poderosamente.
Comienza por ahí.
Hey, antes de lanzarte con todo al psicólogo "para que te componga", primero haz lo que ya sabes que tienes que hacer: fitness, dormir bien, decir mucho "no" y copia descaradamente mi técnica de abandonar lo que ya te dije. Todo esto es el trabajo verdadero, lo que te corresponde hacer. Nadie tiene las palabras mágicas hocus-pocus para que de repente tus neuronas se reconecten de mejores formas y seas otro: conseguir esto te tiene que doler porque si no, te estás engañando con eso de ir una hora a la semana a estar hablando de tus cosas sin avanzar.
Quiérete. Sé tu fan #1. Presume lo que importa. Empaquétate muy bien.
Y acá te veo.
Fuerte abrazo. En serio.
—A.