Ahora que has decidido por fin iniciar con esto del gym, acepta lo inevitable: muchos se van a burlar de ti.
Pero te juro con toda mi alma que ninguno de los que se van a burlar de ti son personas bien metidas en el fitness.
Nadie que sepa el verdadero dolor de un día de pierna se va a atrever a criticar tus primeros squats bien hechos.
Nadie que sepa lo difícil que es dominar el cardio en el inicio se va a burlar de los cinco minutos que apenas soportas corriendo.
Comparte a diario tus fotos en el gym.
Sí, te va a dar pena.
Sí, todavía no luces como quieres.
Sí, se van a burlar en público y en privado.
¿Y qué?
Habremos muchos que te daremos like.
Habremos muchos que te daremos ánimos.
Habremos muchos que reconoceremos genuinamente tu esfuerzo.
Si cargamos fotos esdrúpidas de borracheras y tonterías a nuestras redes sociales, ¿por qué no compartir las de nuestro esfuerzo?
Además, un beneficio genial de subir tus fotos en el gym a diario es que comenzarás a esculpir una versión de ti que otros comenzarán a ver normal.
El fitness, ir al gym, levantar peso, hacer cardio, comer bien, descansar como pro, todas estas serán cosas que asociaremos naturalmente contigo y metafísicamente irán volviéndose tu realidad porque instalarás a diario esa imagen en muchas personas.
Esta es la razón por la cual "el tonto" de la escuela siempre será tonto para otros, porque desinstalar una imagen es muy difícil, por eso debes insistir en que el mundo vea tu genuino nuevo tú.
Otro beneficio de subir esas fotos en el gym es que verás realmente quién está contigo y quién no, quién es #teamtú y quien no es tu amigo en realidad. Los verdaderos amigos y los familiares que te conviene tener cerca apoyan, inspiran, no te "castran" en algo que te hace mejor.
La primera vez que intenté correr, solo aguanté unos doscientos metros y me detuve a escupir los cigarros de mis pulmones. Me dolieron las piernas durante varios después y sentí que el corazón me iba a estallar. No entendía cómo había gente que corría kilómetros y kilómetros y que no parecían sufrir ni cansarse.
Siete semanas después, ya podía correr cinco kilómetros sin problemas. Luego me volví un pro en ese asunto.
Con el gimnasio igual. Mis primeros pesos eran infantiles. Yo quería que el coach me pusiera algo que no ofendiera a mi ego, hasta que entendí cómo funciona este asunto y poco a poco lo fui dominando.
¿Sabías que solo necesitas darle bien, duro, enfocado al fitness durante unas ocho a doce semanas para comenzar a ver cambios? Una vez que los notes, que la gente te diga que ya se te nota, no lo soltarás.
Son unas pocas semanas de tortura a cambio de reinventarte.
Y después —la verdad— la tortura sigue, pero ya te gustará.
Te quiero en tu versión fit de alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre.
Disciplina emocional.
Dureza mental.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.
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