Si no quieres ir al gym, no vayas.
Solo ponte los zapatos que usarías para ir.
La playera. Los pants.
Dile a tu mentalidad-animalito salvaje que no, no quieres ir, que solo estás preparando tu mochila deportiva por gusto.
Dile que estás subiendo al auto porque te gusta conducir.
Llega al gym y dile que solo vas a usar un rato la caminadora y enseguida se van.
Cinco minutos de caminadora después, coméntale que solo harán un ejercicio para marcar el día, pues ya estás ahí después de todo.
Dile que ya calentaste, que puedes agregar otro ejercicio a tu rutina.
Y así, no pelees con ella, solo vela llevando de la mano hasta el momento donde se quede muda, callada, destrozada.
Termina lo que tenías que hacer.
Y así, en todo, en negocios, en relaciones, en ideas, no discutas con tu mentecita-animalito salvaje, déjala que se queje, que te diga, que te espante, que se enfoque en eso y le das la razón mientras al mismo tiempo tú das un pasito aquí y otro allá hacia donde sabes que te conviene moverte.
No discutas con tu mentecita-animalito salvaje.
Si no quieres ir al gym, no vayas. Así como ella te quiere engañar, engáñala tú también.
—A.