En negocios, ganan aquellos que son más pragmáticos.
Este es el problema de mucha gente que quiere ser romántica e idealista con las organizaciones que intentan construir.
Mira, voy a explicarte esto usando como ejemplo el resultado de anoche de la elección en Estados Unidos.
Elon Musk apoyó con todo a Trump.
En papel, ambos se encuentran en el mayor de los desacuerdos posibles sobre esto del cambio climático.
Uno —en su perorata de excelente marketing que hace todo el tiempo– insiste en la transición energética para abandonar los combustibles fósiles y para este fin vende miles de millones de dólares anualmente en productos en todo el orbe.
El otro agita a su base electoral con teorías de la conspiración donde insisten a diestra y siniestra que esto del calentamiento global es un mito y que los que predicen el fin de la humanidad solo exageran para limitar la productividad de las fábricas tradicionales y demás.
Cuando tú y yo no sabemos jugar el juego, lo que ocurre es que queremos tener razón en todas las cosas que creemos todo el tiempo, justo como niños chiquitos necios.
Saber jugar el juego significa tener la capacidad de poner en pausa o incluso eliminar eso en lo que creemos con tal de poder avanzar hacia el objetivo verdadero.
Esto nos genera un tremendo choque emocional porque durante décadas hemos sido entrenados en creer que ser idealistas y románticos con nuestras ideas es bueno y que cambiar de parecer nos hace tontos, débiles, indecisos, hipócritas.
Lo que Musk y Trump hicieron para poder conectar públicamente en esta campaña presidencial sin afectar sus posiciones en este tema escabroso del cambio climático fue algo magistral, fue la mejor solución posible: en lugar de intentar empatar sus puntos de vista tan distantes, lo que hicieron fue simplemente no hablar del tema (esta ha sido la campaña presidencial más reciente donde menos se ha hablado de este problema).
Musk es el tipo con las mayores obsesiones que la historia de la humanidad ha producido: no quiere ser emperador de continentes ni controlar a todos los pueblos del mundo, quiere ser dueño de un planeta el cual diseñará literalmente desde cero a su imagen y semejanza.
Para conseguir este tipo de ambición desbocada, necesitas ligereza al ejecutar movimientos de negocios que impactan cuestiones geopolíticas sensibles todo el tiempo.
Musk no consigue hacer un trato con los demócratas —con quienes estuvo naturalmente alineado durante mucho tiempo— y decide empujar su peso hacia el que acepta sus condiciones: te doy notoriedad, validación, recursos y todo lo que necesites para ganar a cambio de que me quites regulaciones y me des línea directa para tomar decisiones que me permitan mover mejor las cosas entre mis empresas y gobiernos en toda la Tierra.
Estar de niño bueno boy scout con la necedad de que "ay, yo creo en esto y cómo voy a apoyar a alguien que tiene puntos de vista contrarios a mí" es lo que nos deja en la escasez a los que nos rehusamos a tener dureza mental y disciplina emocional para avanzar en las cosas que sí importan.
Como bonus hack, puedes determinar qué tan pragmático eres contando en este instante con cuántas personas que te caen mal estás haciendo cosas de manera comprometida.
El pragmatismo es la herramienta número uno que te va a permitir salir de la escasez.
El idealismo es con lo que te controla la Matrix para mantenerte en el estado que no te conviene.
No todo puede ser pragmatismo siempre, claro, así que te recomiendo que abordes esto por etapas: avanzas pragmáticamente, descansas de eso —pero solo un poco— para ejecutar un poco en modo idealista, te reseteas para volver duro enseguida al pragmatismo y así sucesivamente, como escalerita ascendente, como las repeticiones en el gym: dolor, esfuerzo, fallo muscular, recuperación, hidratación y va de nuevo, hijo de la vida.
Elon Musk no va a dejar de empujar las cosas que le convienen —atacar industrias de la vieja guardia como oil & gas— y Donald Trump no va a dejar de endulzarle el oído a sus simpatizantes en cada discurso atacando a los promotores del cambio climático, pero haciendo alianzas de clase mundial —literal— ambos avanzan en su objetivo.
Cuando estás en la escasez, ser visceral, emocional, idealista, romántico, te mantiene ahí, frustrado, sin recursos, inhabilitado para hacer eso que juras que quieres hacer de cambiar el mundo, salvar a la humanidad, ayudar a la gente.
¿En qué cosas crees que te impiden crecer?
¿Qué posiciones defiendes solo porque estás acostumbrado a ellas?
¿Qué atacas solo porque tu tribu lo ataca?
¿Qué tan rápido te podrías mover si no tuvieras que cargar con el estar quedando bien todo el tiempo con tu discurso, con tus pensamientos, con tus ideales?
¿Qué vas a hacer para cambiar el mundo una vez que tengas recursos serios para ello?
Te quiero en tu versión de alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé pragmáticamente audaz.
Y selo ahora.
—A.