Portafolio de personalidades
Sobre cómo ajustar tu sistema operativo personal a las circunstancias.
Probablemente ya has escuchado el término "portafolio" relacionado con inversiones. La teoría detrás de esta idea es que con esto minimizas el riesgo de poner todos tus huevos en una canasta. Como en todo, hay mucha gente a favor de esta estrategia y hay quienes están en contra. Los que critican este enfoque dicen que cuando sabes lo que estás haciendo, no necesitas diversificar sino apretar el acelerador en tu apuesta porque es lo que te va a dar los mayores retornos. Yo soy de los que se inclinan más hacia este lado, pero no lo recomiendo, se requiere estar medio loco.
Hay gente que lleva esto del concepto "portafolio" más allá del aspecto financiero. Tú sé así, alguien que exporta el potencial de una idea a otras áreas y lo usa para construir riqueza. Existe "passport portfolio" —por ejemplo— que es la práctica de muchos millonarios con la cual adquieren una o dos o tres ciudadanías adicionales. Esto les da mayor seguridad y respaldo en sus movimientos internacionales. Lo que hacen es ocupar la nacionalidad que necesitan cuando se topan con una ley que no les conviene en algún lado. Al presentar su ID alternativo, bingo, ahora tienen un nuevo marco constitucional que sí les permite hacer sus cosas.
Bien. Ya que estás full in conmigo en esto de tener portafolios, la estrategia que quiero instalar hoy en tu sistema operativo personal es que tengas un portafolio de personalidades. No te espantes, de hecho, ya lo tienes, solo que lo ocupas en modo escasez-pobreza. La intención es que este portafolio de personalidades que te estoy proponiendo sea algo que te ayude a construir riqueza.
¿Por qué digo que ya tienes un portafolio de personalidades que estás usando para generar más escasez? Porque es cuando cambias tu comportamiento y hasta tu mentalidad al estar con tu grupo de amigos y aceptas ideas tontas solo por encajar, o cuando no discutes con un maestro o proveedor o jefe o vecino simplemente porque activas automáticamente tu lado agradable que te impide confrontar asuntos sensibles. Esto te mantiene pobre y ni tú ni yo queremos esto.
Un portafolio de personalidades que te construye riqueza es aquel donde —por ejemplo— tomas el teléfono y tu tono y volumen de voz cambian para indicar seguridad y te expresas de forma directa para pedir lo que quieres de la persona al otro lado. Visualiza esto de tener varias personalidades como ser actor que se tiene que ajustar rápida y exitosamente a cualquier escena frente a él.
Cuando la gente promedio escucha una idea como esta, lo que hacen es indignarse porque dicen tonterías como "hay que ser uno mismo", "eso es ser hipócrita", "no muestras tu verdadera cara" y demás. A ver, hijo de la vida, si ser como eres te tiene en donde deseas, fantástico, tienes razón, esto que te estoy proponiendo es una reverenda tontería...
...pero si acaso eres de esas personas que no están consiguiendo lo que desean, necesitas ejecutar conceptos como este del portafolio de personalidades ipso facto porque si no, la vida se te va a ir sin subir de nivel.
Recuerdo que hay un libro por ahí que no sé de quién es, pero tiene como título "Deja de ser tú". Según yo, a mí se me ocurrió primero proponer esa frase en alguno de mis artículos hace mucho tiempo, pero olvídalo, es irrelevante. Lo que sí importa es que es una idea muy poderosa: deja de ser tú si es que tu vida no te gusta.
Comencé con esto del portafolio de personalidades desde muy joven. Obviamente fue sin querer, pero la necesidad surgió y me tuve que elevar con ella. De repente, era un universitario de veinte años al frente total de un presupuesto gigante y decenas de colaboradores. La misión: organizar un congreso internacional de tres días con mil quinientos participantes de varios países. Tuve que tomar el teléfono, lidiar con mil y un problemas, negociar con autoridades de la escuela, conferencistas, patrocinadores, alinear a mi equipo, etcétera. Esa versión mía era formidable y al mismo tiempo contrastaba enormidades con mi otro yo que andaba bastante desenfocado en lo académico. Hoy nadie recuerda mis malas calificaciones, pero sí mi liderazgo y ejecución —por eso es que te recomiendo estas cosas, porque sé lo que te conviene hacer para construir un largo plazo ganador.
Hace años, cuando mi hijo adolescente estaba en sus primeros años de primaria, levanté la mano para ser voluntario en una actividad de su escuela. Lo hice por presión familiar interna, no por gusto ("no te involucras en las actividades de tu hijo"). Cuando levanté la mano en una reunión de padres de familia donde pedían apoyo, pensé que sería cualquier cosa menos tener que replicar un acto de payaso. La maestra de teatro a cargo de la actividad, me entrenó en serio y de repente ahí me ves, rodando en el suelo de un salón para imitar a un serpiente, luego caminando como tigre y después siendo un elefante. Todo para "aflojarme" y sentirme cómodo "con las posibilidades de mi cuerpo". Y aunque te rías, practiqué hasta el punto donde mi acto de payaso en solitario fue todo un éxito frente a las mamás en su día. Yo ya era un creyente en las habilidades teatrales aplicadas al desarrollo de la personalidad de un hombre de negocios, pero a partir de esa experiencia pasé a ser un fundamentalista extremo de esta habilidad. Resumen: sé un buen actor, toma talleres teatrales, velos como algo estratégico, ponte varios sombreros, siéntete natural en todo esto.
En el sistema de producción Toyota hay una técnica llamada "andon", que básicamente se trata de que cualquier obrero puede parar la línea de producción en cuanto detecta algún problema con la pieza a su cargo. Tú eres tu propia línea de producción, así que te toca tener en ti esta reacción de detener a la personalidad que tienes al frente si no está funcionando adecuadamente en una situación y sustituirla por alguna opción mejor de tu portafolio de personalidades. Debes hacer esto implacablemente todo el tiempo, no permitas que la producción siga sacando cosas defectuosas al mercado.
¿Te has dado cuenta que no hay una sino varias vocecitas dentro de ti? Durante mucho tiempo cometí el error de pensar que ese era yo y que tenía que "ponerme atención a mí mismo", "hacerme caso" y así. Con el tiempo logré entender que esa vocecita dentro de mí es un animalito salvaje, no soy yo, esa parte de mi mentalidad no es mi amiga y no me conviene hacerle caso muchas veces. Llegué a la conclusión de que no somos amigos porque un buen amigo te impulsa, te hace ver más allá y te da ánimos. Las vocecitas que habitan en mí no actúan así, todo lo contrario. Las joyas que le encanta aventarme son en el estilo "¿Para qué vas a ir al gym? Ya es tarde, ya mejor mañana", "Eso no va a funcionar, ya lo intentaste y no te salió" y demás.
Probablemente esto del animalito salvaje que vive en mí es uno de los descubrimientos más intensos que al dominar poco a poco me han permitido despegar tanto en mi vida personal como en la profesional. Mucha gente rebota sus ideas con estas vocecitas y eso no es lo peor, sino que terminan obedeciéndolas pensando que "por algo lo estoy pensando". Nuestro cerebro reptiliano es flojo, primitivo, básico, salvaje, no hay que hacerle caso, no hay que considerarlo amigo, no hay que abrazar sus ideas cuando no nos convienen y —créeme— casi nunca nos convienen. Te digo esto porque si la idea del portafolio de personalidades te resulta ridícula o crees que esto no es para ti, estás pensando así por culpa del animalito salvaje en ti.
Ten varias versiones geniales tuyas a tu disposición. Ordénales que emerjan en las situaciones necesarias. Tu postura. Tu voz. Tu vestimenta. Tus ademanes. Tu mirada. Tu volumen. Que todo eso se transforme con un chasquido para ayudarte a lidiar eficientemente con tus retos.
Mi versión de escritor profesional está a punto de salir de escena. Redacté esto sin parar en una hora en un café al tiempo que escuché pláticas ajenas, música y demás. Hay una versión neurótica de mí que no soporta tanto ruido en el entorno, pero la tengo desactivada en este instante. Ahora estoy por apretar el botón del tipo que va al gym, hace día de pierna y no se queja, la versión del que actúa como robot ante esto del fitness. Esa versión no es compatible con la de escritor —que solo quiere seguir escribiendo— así que saber encender/apagar tus versiones es el hack con el que cierro esto para ti.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.
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