
Tú, yo y todos tenemos minucias que atender a diario: cuestiones del hogar, de la familia, del trabajo y así.
Pon atención: la estrategia que te sugiero hoy es que tengas tu mente lo más vacía posible de estos elementos irrelevantes —y no estoy diciendo que los ignores a lo tonto, pero sí que por favor no te permitas sostenerlos indefinidamente por largos estrechos de tiempo en tu sistema operativo personal.
(¿Ejemplo? No compras un automóvil para estar preocupado por sus niveles de aceite todo el tiempo o por su limpieza o por el aire de las llantas, ignoras casi siempre todo esto hasta el momento donde debes activarte con ello y listo, bien, entonces opera así con todo lo demás, no estás aquí para que todos los platos de tu casa estén perfectamente listos para usarse a cada minuto, ni para que tu despensa tenga víveres para seis meses o así. Tú estás aquí para construir las cosas que entusiasman a tu alma, no te confundas).
Cuando surja algo irrelevante que se tiene que hacer —como lavar la ropa, transferirle dinero a la persona de limpieza, comprar papel de baño para la casa, no sé, asuntos así— anótalo en tu checklist y despreocúpate.
Yo llamo a esto "olvidar el asunto sin olvidar el asunto", porque sé que ya lo puse en las buenas manos de mi yo del futuro quien se hará cargo tal vez mañana por la mañana que revise los pendientes irrelevantes y así dejo que mi yo de hoy se enfoque en seguir construyendo el imperio que sé que le va a encantar a mi yo del futuro y por lo cual me perdonará el haberle aventado a su atención esos temitas nada gloriosos.
A la gente promedio le fascina perder el tiempo con cosas irrelevantes en casa y en el trabajo porque nadie los critica al respecto y parece que están haciendo algo cuando en realidad solo se están moviendo en automático. Tú y yo no queremos ser nunca así.
Sí, claro, es imposible ignorar todas las cosas irrelevantes que pelean por nuestra atención, pero también acepta que sí es posible retar muchas de ellas y que las puedes eliminar de tu quehacer si entiendes que la mayoría las ejecutas solo porque estás ciclado.
Desaparece de tu vida la mayoría de esos temas irrelevantes y los que consigan sobrevivir a tu purga extrema, bueno, aviéntalos a tus checklists de mañana o de la próxima semana: lo importante es que no te quedes atrapado en la tonta narrativa de que tienes que vivir para estar lidiando con esas tonterías.
Yo soy un tipo con muchos defectos, pero una de las cosas que me enorgullecen de mi ejecución es que el ochenta por ciento de ella está basada en cosas que solo tienen sentido a largo plazo y creo de corazón que este es el secreto para el éxito, porque fue exactamente lo que decidí hacer hace quince años cuando me reinventé durísimo por primera vez: dejar de estar preocupado en su mayoría por defender el trabajito que tenía, estar preocupado por conseguir el crédito para la casita del gobierno y en general, dejar de estar preocupado por lo que gente conocida opinaba de mí y mis decisiones. Todo esto rindió frutos maravillosos y por eso sigo actuando así: ochenta por ciento de ejecución diaria que no tenga sentido hoy sino solo para las próximas décadas y veinte por ciento en lo que no puedo aventar para otro día, para las minucias de la realidad.
Tal vez eres nuevo leyéndome y mi estilo te fastidia. Está bien, es válido, no busco caerte bien si no estamos en la misma frecuencia, pero no dejes que la percepción negativa que tengas de alguien te impida abrazar los mensajes de él/ella que sí le convengan a tu vida.
Yo sé que esto que te estoy recomendando te conviene bastante.
Además, esta no es la primera que sugiero esto. Tal vez es la primera vez que tú lo lees, pero llevo años impulsándolo con mis lectores más fieles, con mi comunidad y absolutamente todos los que ejecutan esto regresan una y otra vez a decirme cómo sus vidas en diferentes ámbitos se han transformado hacia lo genial por permitirse operar diferente a la mayoría de la gente.
Lo primero que tienes que superar para implementar con éxito esta estrategia que te estoy sugiriendo de "olvidar el asunto sin olvidar el asunto" es tu narrativa, es la parte de tu mente que es un animalito salvaje y enseguida se queja ante estos escenarios donde le exiges subir de nivel. Puedes detectarlo con las frases: "ay no, a qué hora, no es posible", "no, Aarón, tú no entiendes, estoy muy ocupado", "es que tú no tienes que hacer las cosas que yo sí, no sabes de lo que estás hablando".
Te apuesto lo que quieras que no tienes más obligaciones ni dependientes ni retos que yo, así que sí, sé perfectamente de lo que estoy hablando con mis cuarenta y cinco años, tres hijos, mascotas, empresas, miles de seguidores, millones de problemas y compromisos: tú no te quiebres con historias débiles que dejas que tu mentalidad-animalito salvaje te venda como verdaderas cuando no lo son.
Estar tomando mil llamadas y saltar ante todas las notificaciones de tu celular y correos electrónicos que te bombardean no, no, no te ayuda en lo absoluto a construir riqueza transgeneracional. Parece importante, pero solo es eso, algo que parece importante.
Lo quiero es que cuando ignores mayoritariamente lo irrelevante te quede mucho tiempo en cada uno de tus días, tus semanas y tus meses para aceptar rápidamente propuestas locas, para programar un viaje de último momento, para escaparte a un museo, para perderte en un libro nuevo que acabas de comprar, para tener una larga conversación tranquila con tu mejor amigo, para dejarte ir en tu rutina del gimnasio como quien está en la mejor misa con su cuerpo y así. Esta es la razón por la cual necesitas recuperar el control de tus horas.
Una vida fantástica no llega como resultado de la acumulación de decisiones lógicas porque la lógica no es premium, lo único premium está en los movimientos irracionales y estos no los vas a incrustar en tu vida si no tienes espacio para ello, por eso mi insistencia en que ignores casi todo.
Ten tres cosas: espacio físico a tu alrededor, espacio de tiempo en tu rutina y espacio emocional para movimientos irracionales constantes.
Te quiero ambicioso, global, duro, determinado, necio, cabrón, movido, intelectual y filosófico.
Te quiero también fit, ágil, dinámico, moderno, ecuánime, imperturbable y capitalizado.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé relevantemente audaz.
Y selo ahora.
—A.