Minimum Viable Persona
Cómo conseguir que tu versión nefasta pase a funcional para ejecutar hacia tus objetivos.
No puedes ser tu mejor versión a diario.
Podemos usar una fórmula muy conocida en negocios para esos días difíciles.
El concepto se llama “MVP” y significa “Minimum Viable Product”, que significa poner en el mercado una versión mínima (funcional) de ese producto que quieres vender.
Tú y yo vamos a entender MVP también como “Minimum Viable Persona”, tu versión más básica (funcional) que se va a parar de la cama a hacer lo que tiene que hacer.
No tienes que llegar siempre en modo super pro a todas tus reuniones, al gym, a llamadas telefónicas. No siempre se puede. Inténtalo, claro, e inténtalo durísimo, pero si no te resulta posible, activa tu Minimum Viable Persona y con ello atiende el tema.
El objetivo de activar nuestra MVP no es para ser flojos y disculparnos por no andar en modo alto desempeño. El MVP es alto desempeño. Esto porque si no enciendes tu Minimum Viable Persona obtienes como resultado que no asistes a esa reunión, que no vas al gimnasio y que no tomas esa llamada.
Ya te he confesado que no me gusta hacer ejercicio, pero casi siempre lo hago.
Pero hay días donde definitivamente no quiero, no quiero, no quiero hacer ejercicio.
Es en esos días donde activo mi MVP.
Esta versión mínima funcional de mí no tiene como objetivo ir al gimnasio: simplemente se enfoca en ponerse los zapatos, el pantalón y la playera deportiva. Luego simplemente se sube al auto. Luego simplemente maneja. Luego simplemente entra al gimnasio. Luego simplemente comienza a calentar. Luego comienza la rutina y así. Deja a tu MVP ir en modo mal humor si quiere, pero que vaya. Déjala ir a regañadientes, pero que esté ahí.
Si la actitud genial perfecta es cien y la peor actitud del mundo es cero, una Minimum Viable Persona te ayuda a operar entre veinte y cuarenta. Abajo de eso estás cañón. Arriba de eso ya casi estás del otro lado.
La MVP suele ser mi salvavidas en los días posteriores a los cursos premium que imparto o a los que asisto. Siempre hay una especie de tristeza, “bajón”, depresión cuando se agotan los días llenos de entusiasmo por explicar/aprender cosas de forma presencial con gente genial.
Generalmente tomo un día como “descompresión” para pasar a modo “rutina normal” después de todo el rush de las interacciones especiales. Digamos que ese día es “normal” que me sienta “bajoneado”, con actitud de bajo desempeño. No es un mal día, no puedo catalogarlo como un DDM (Día de Mierda) sino que es más un día de duelo, de tristeza porque algo que entusiasma a mi alma ha terminado. El truco está en que los demás días se podrían sentir así también si se los permito.
Por eso no se los permito.
Por eso la importancia de saber activar mi MVP, para arrastrar a mi cuerpo y mente hacia lo que tenemos que hacer, aunque no lo hagamos con la mejor actitud de alto desempeño. En días así, tal vez me toca ejercitar mis piernas en el gym y termino intercambiándolo por mis hombros o algo menos doloroso, pero hey, asistí, hice ejercicio, avancé. Mañana será otro día y entonces la pierna sufrirá como debe de sufrir.
Todos los pros saben activar su minimum viable persona para funcionar. Si no pudieran, no serían pros, no serían clase mundial, no serían la crème de la crème.
Listo. Recuerda que cuando estés agotado, deprimido, insoportable, no te conviene aspirar de forma idealista a “sentirte bien” o “estar de mal humor” para hacer lo que tienes que hacer, porque eso mágicamente no va a ocurrir. Es un salto demasiado grande pasar de modo nefasto a alto desempeño, pero transitar de nefasto a una versión mínima funcional de ti es alcanzable. De hecho, es lo más pragmático que puedes hacer.
Ve de nefasto → Minimum Viable Persona → tu versión “normal” → PAD.
No te quedes atrapado en ese nivel donde la gente promedio se excusa de no hacer lo que tiene que hacer.
Tú eres especial. Compórtate de manera especial.
Enfoque. Ecuanimidad.
La gloria está en el largo plazo.
Disciplina emocional.
Dureza mental.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.