Vivir bien a pesar de ser ampliamente malentendido —y por ende, criticado— es la habilidad número uno a dominar si quieres ser realmente influyente en mucha gente.
No eres Elon Musk solo por tu genio técnico y visión, sino porque logras dominar a tu mentalidad-animalito salvaje donde literalmente millones de personas tergiversan lo que dices o de plano no saben de lo que hablan pero incluso así te atacan.
No eres presidente de un país, ni CEO de una gran empresa, ni influencer con poder de convocatoria genuina solo por tu habilidad política, tu conocimiento de negocios o tu contenido: necesitas dominar a tu mentalidad-animalito salvaje que te hace pensar que es importante que pongas atención a lo que opinan todas las personitas enojadas con la vida, las que tienen razón y las que no.
Tú y yo conocemos nerds y ejecutores en niveles de entendimiento técnico y social nivel Dios y con capacidad de ver quinientos años en el futuro, pero están llenos de miedo —que no aceptan y se venden y nos quieren vender con otra narrativa— donde pierden el control de sus emociones a la primera crítica, sea digital o física: así no se puede construir nada.
Uno de los tipos que mejor ejemplifica todo esto que te digo es Bryan Johnson, un emprendedor que está empujando a diario su visión de "Don't Die" —DD— a través de protócolos e investigación en la frontera frontera frontera de la ciencia médica y así para eso, para no morir nunca.
El tipo habla de sus biomarkers a diario y como tiene los mejores del mundo que hacen que su edad biológica lo coloque casi como adolescente cuando ya anda en rodada cuarenta.
Obviamente Bryan hace emputar a millones de personas a diario, muchas de ellas como yo, que no sabemos una fregada de medicina o ciencia, pero nos sentimos muy inteligentes y nos ponemos a debatir con él, cuando realmente lo que estamos haciendo es proyectando nuestra insatisfacción con nuestros biomarkers o de alguna otra cosa.
El otro día Bryan mostró con estudios y no sé qué más que la carne no es buena por tal y tal razón y bueno, yo quiero creerle, probablemente tiene razón, pero me cuesta trabajo pensar en quitarla de mi alimentación; en este momento de mi vida, creo que el tipo tiene razón porque tiene más recursos, staff, tiempo e interés para investigar todo este asunto que los nutriólogos desactualizados, los coaches de gym ciclados y los demás científicos cuyos cuerpos no reflejan lo que sí refleja el de Bryan.
Pero aunque sé que tiene razón, no he dejado de comer carne: tal vez lo haga en un punto, porque soy altamente susceptible a la influencia de tipos así, pero me toma tiempo digerirlo.
A lo que voy con todo esto es que durante los primeros veinte años de tu vida, la educación tradicional y los entornos típicos en los que crecemos nos venden como altamente importante el hecho de que lo correcto es que todos nos entiendan lo que estamos proponiendo todo el tiempo y que si no es así, probablemente estamos mal en algo.
La escuela sataniza el error y te castiga con puntos menos y la sociedad sataniza el que digas cosas en la que las mayorías no están de acuerdo y te castiga con hate, burlas, críticas y hasta amenazas.
Llevo veinte años recorriendo por etapas este camino de dominar el ser incomprendido en muchos aspectos, primero como colaborador, luego como emprendedor y después como persona pública aquí en internet y sé perfectamente de lo que te hablo: no es nada fácil, pero te acostumbras.
Tengo algunos pocos miles de miembros de mi audiencia dispuestos a caminar conmigo en los temas que les propongo y eso está muy bien, por ellos es que sigo proponiendo cosas, escribiendo, compartiendo, este es uno de mis assets más importantes en esta vida.
Tengo también algunos otros miles de lectores que tal vez no entienden o no aceptan todo lo que digo, pero que en general están dispuestos —como yo con Bryan— a abrazar la posibilidad de que tengo mucha más razón que ellos en ciertos puntos donde he demostrado que voy adelante y tal vez consideren incluirlos en su vida dentro de unos meses o años, y esto también es algo genial a lo que puedo aspirar.
Hace tiempo comenzaste a escuchar aquí o en otros lados que cometer errores es normal, está bien, es parte del aprendizaje, que no hay persona con "éxito" que no hayamos cometido muchos.
Bueno, ahora acepta que ser malentendido es parte del costo de hacer negocios y que no hay manera de escalar como persona y empresa si quieres que todos acepten tus ideas y no las distorsionen y así.
La mayoría de la gente es tonta, opera mal, y no lo digo con desprecio o aire de superioridad, vengo de ahí, y cuando era más tonto que hoy y operaba peor mi vida que hoy, no me quería enterar de ello y defendía mi narrativa donde todos estaban mal menos yo y hablaba de forma limitada y limitante estilo, ya sabes, "sí, tiene dinero, pero no ha de ser feliz", "ay no, mucho estrés, qué horror, mejor así como estoy", "¿para qué tanta complicación? mejor algo tranquilo" y ya sabes, todo lo que te dices porque no quieres pagar el impuesto de esforzarte en lo que te conviene para una vida genial.
(Hablar así en tus veintes, treinta, cuarentas es un crimen contra ti mismo, es el momento de cansarte, sudar, exigirte, querido hijo de la vida.)
En esa época que vivía atrapado en mi bajo desempeño, lo que hacía era usar mi inteligencia académica y mi agilidad intelectual para aventar teorías contra los empresarios, políticos, el capitalismo y demás, donde ellos eran los que nos tenían oprimidos y mi escasez era resultado directo de esas personas malas, malas, malas.
(Ahora que juego en el otro lado de la cancha y que conozco a muchos de ellos, te aviso que no están pensando en otra cosa más que en ellos, y está bien, no buscan joderte, tal vez muchas de sus iniciativas y procesos fastidian hacia abajo como subproducto de la ejecución, pero no por diseño original, y la buena noticia en esto es que los ricos y poderosos no están activamente buscando bloquear tu ascenso, esa es tu narrativa y la prueba es que yo y muchos hemos logrado salir de ahí con sangre, sudor y lágrimas y nadie de los de arriba intentó detenernos de forma directa, el juego fue contra nuestra mentalidad y visión.)
Así que si te cae mal Bryan Johnson, un político, un influencercillo, un coach, un empresario, Elon Musk, quien sea, entiende que una parte de eso refleja que ellos han logrado dominar lo que tú todavía no: el ser constantemente malentendidos a escala y dormir bien a pesar de ello (enorme ventaja injusta).
(La otra parte revela tus broncas psicológicas, porque velo así: podrían caerte mal muchas otras personas iguales o peores que ellos, pero no los conoces, entonces no les asignas el mismo nivel de atención, estás activamente decidiendo disparar ciertos rasgos o problemas en ti hacia lo que esos famosos hacen o dicen para no lidiar con tus traumas como deberías hacerlo.)
En fin, este texto por sí mismo es eso, mi tributo diario para ser malentendido porque inmediatamente van a llegar los que no quieren activar o no tienen la capacidad de procesar el mensaje y me van a decir que solo me gusta andar cromándosela a Elon Musk y etcétera.
Recuerda, son dos cosas que debes ejecutar en sincronía: que te malentiendan a escala en lo que importa y que puedas dormir bien a pesar de ello, esta es el arma secreta para conseguir grandes cosas, en serio.
(Lee bien: tú no quieres enfocarte en que te malentiendan tus vecinos, colegas, amigos, familiares que están en el mismo nivel que tú, ámalos, pero ignóralos; tú lo que quieres es que te malentienda mucha gente arriba de ti en varios aspectos porque es ahí, en ese estanque donde algunos de ellos se van a esforzar en entenderte bien y desde ahí te van a seguir, aceptar y abrir oportunidades a las que no sabías que podías acceder, esto es escala.)
Disciplina emocional.
Dureza mental.
Te quiero ambicioso, global, ejecutor, cabrón, movido, determinado, ágil, rápido, dinámico, ligero y capitalizado.
Capitalizado, si no, no vas en serio.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé malentendidamente audaz.
Y selo ahora.
—A.