Hay algo que yo llamo “infraestructura personal”.
Se trata básicamente de todos los elementos a tu alrededor que te permiten fluir con tu misión en la vida.
Tener hijos —por ejemplo— es hermoso y todo lo que quieras, pero también es una carga. Mucha gente cuando no entiende esto de la “infraestructura personal” deja de hacer ejercicio, dejan de viajar, dejan de vivir una vida plena porque creen que todo lo tienen que hacer ellos.
Muchos me dicen “sí, entiendo que debo delegar, contratar una niñera, pedir favores, pero no tengo dinero” o “no me quedan cerca” o “no tengo tiempo para ello” o “no tengo a nadie” y así.
Bien. La mayoría de estas molestias de no poder movernos como queremos se resuelven con recursos. Entonces enfócate primero en ello.
Aquí va la parte dolorosa de esta nota: no vas a generar más recursos con la mentalidad y ejecución que ya tienes porque si así fuera, obviamente ya lo estarías haciendo. Generar estos nuevos recursos requiere una nueva personalidad, una que suelte lo que cree que sabe, entiende, domina y así. Esto lástima a nuestra adicción a la certidumbre como no tienes idea.
En esta nueva personalidad te recomiendo lo siguiente:
→ Deja de ser la madre perfecta del año a diario.
→ Deja de ser la hija perfecta del año a diario.
→ Deja de ser la esposa perfecta del año a diario.
→ Deja de ser la empleada perfecta del año a diario.
→ Deja de ser la amiga perfecta del año a diario.
Sé la cabrona perfecta del año a diario que hace a un lado todo aquello que la quiere espantar, todo aquello que la quiere distraer, todo aquello que solo es ruido porque no va a importar en los últimos cinco minutos en su lecho de muerte.
Pide prestado de forma ganadora (a uno o dos años) con la finalidad de obtener aire para enfocarte en construir mejores ingresos, no para echarte a descansar varios días en la cama comiendo pizza y viendo Netflix.
No glorifiques el trabajito que tienes si sabes que la paga es poca, la distancia es largo, el tiempo en él es mucho y al final sigues angustiada por todo. Abandonar eso “seguro” teniendo el préstamo te pondrá en modo todavía más de “sobrevivencia” y saldrán ángulos de ti que estaban dormidos porque debes resolver.
Estas notas no son para todos. Hay mucha gente que hiperventila solo de leerlas. Hay otros que se ofenden porque sienten que estoy enviando a la gente a grandes problemas cuando en realidad ya están dentro de uno horrible y no quieren aceptarlo.
Necesitas cambiarte de casa cerca de familia que te pueda ayudar.
Necesitas ayuda en casa para que tengas capacidad de enfoque en lo que importa en lugar de sentir que haces algo solo por barrera y lavar platos.
Necesitas disponibilidad de tu tiempo para moverte en llamadas, visitas, salidas, viajes y demás para vender, vender, vender, vender, vender.
Vende tus habilidades con cursos presenciales.
Ayuda a otros dándoles consultoría.
Empaqueta lo que sí sabes hacer y hazlo de manera sexy.
Mira —y este es un terrible comentario machista, pero es lo que mi experiencia me ha permitido ver— los hombres cuando entendemos un 17% de algo, lo presumimos nivel casi que nosotros inventamos ese campo del conocimiento, mientras que las mujeres cuando están preparadas más de un setenta por ciento en algo, dudan de sí y no se venden, no presumen, no levantan la mano.
Tú véndete con lo que tienes.
Tú presume lo que has hecho.
Tú levanta la mano.
El mercado no premia al que tiene más certificaciones o títulos académicos. Lo sé porque no tengo nada de eso y me encanta mi vida.
El mercado premia a quien soluciona cosas para el mercado.
Tu mercado son todos esos dueños de negocios que te van a decir no, no, no hasta que uno te diga sí; son esas otras mamás que necesitan que les muestras este camino que estas recorriendo; son esos estudiantes que quieren resolver sus dudas; son esos profesionales en tu área que apenas van empezando.
Hay mucha gente (mercado) allá afuera que te puede dar dinero a cambio de que los convenzas de que eres la persona indicada.
La persona indicada carga consigo un aire de confianza.
Sé esa persona indicada.
¿Va a resentir tu familia que no estés ahí preparando todas las comidas? Sí, durante un tiempo, pero esta es tu vida y tiene que ser bajo tus términos.
¿Van a resentir tus compañeros del trabajo que ya no seas como antes y que hayas renunciado y que no te reúnas con ellos cada fin de semana como ya era costumbre? Sí, pero seguir cuidando esas relaciones te va a mantener en la escasez. Quiérelos, pero ellos tienen que despertar por su cuenta.
Y recuerda que no quieres hacer dinero para alejarte de los que amas.
Tú quieres hacer dinero para conectar en términos superiores con los que amas.
Al tener dinero, automatizas muchas cosas: la limpieza, los cuidados, la comida, el mantenimiento y demás temas que no, no, no, no son necesarios que los hagas tú.
Al tener dinero, viajas, regalas experiencias a los tuyos.
Al tener dinero, le entras duro al fitness y luces mejor porque te sientes mejor.
Al tener dinero, tienes confianza porque estás construyendo la realidad que tú quieres, no la que otros quieren imponerte.
Ten dinero para invertirlo en la construcción de tu infraestructura personal.
El universo no, no, no le da infraestructura personales a los débiles del corazón, a los que entran con esto con miedo.
El universo le da infraestructuras personales poderosas y geniales a los que insertan con violencia su determinación en lo que quieren y les conviene. Tú sé una de estas.
Toda esa gente que admiras en blogs, podcasts, videitos, en la tele, en la farándula, todos tenemos una infraestructura personal que nos regala libertad para movernos, para crear, para decidir dónde y con quién estar. Este es el secreto. Ahora ya lo sabes.
Te quiero en tu versión liberada de alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé infraestructuralmente audaz.
Y selo ahora.
—A.
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