Diez frameworks que utilizo para el alto desempeño:
No hago filas a lo tonto. Siempre me pregunto cómo resuelven este asunto las personas que tienen mucho dinero y al llegar a una respuesta lógica, intento ejecutar así. Pago, aunque me duela, porque eso me desarrolla el músculo correcto, el de valorar mi tiempo en lugar de ahorrar unos cuantos dólares y estar horas parado en modo paciente como niño bueno boy scout.
Distingo entre el lenguaje de la escasez y el de la riqueza y uso esto para moverme adecuadamente. Antes, en mi mentalidad y ejecución de escasez, hablaba de "la casita", "el carrito", "los CETES", "la abundancia", "todo está caro", "la cosa está dura" y "esos políticos/empresarios malvados" y no sé qué. Ahora hablo de viajes, libros, inversiones de alto nivel, workshops, coaching, fitness, filosofía y así.
Busco todo el tiempo andar más ligero en lo físico, emocional e intelectual. Para lo primero, bueno, es obvio que me tengo que nutrir bien; para lo emocional, no me aferro a personas que quiero que cambien aunque sean muy cercanas a mí, no busco que todo el mundo me entienda; y para andar ligero en lo intelectual, trabajo en no tener todo claro, dudo de lo que creo que sé porque he notado que eso me da siempre margen para actualizar mi sistema operativo personal a versiones más poderosas.
Me esfuerzo en leer la señal verdadera que las situaciones y personas emiten pero que suele estar opacada por el ruido del mundo. Para las personas, me enfoco en entenderlas a través de su ejecución, no de lo que dicen, no de lo presumen; para las situaciones, trato de ver quién se beneficia de que eso exista, de ese escándalo y así. Esto me ayuda a eliminar mucho del romanticismo que nos jode. El internet es fantástico, pero es una capa de superficialidad enorme que hace que mucha gente crea cosas que no son en realidad.
Uso mi necedad natural en cosas que me sirven a largo plazo. Cuando era joven y alguien me ofendía o rompía mi corazón o así, le dejaba de hablar a esa persona y aunque en muchas ocasiones me moría de ganas de tomar el teléfono y llamarla, cuando iba a marcar su número me detenía y me decía "no, porque juré que ya no le iba a hablar". Afortunadamente me di cuenta que esos dramas endejos infantiles no me iban a llevar a ningún lado, y comencé a ser necio en esto en negocios y fitness y bueno, me ha dado muy buenos resultados, y aquí andas siguiendo mi viaje.
No me preocupo mucho por el precio de las cosas sino por el retorno de inversión que me pueden dar. En la escasez, todo lo medía por lo que me costaba en pesos, pero luego entendí que para construir riqueza, el trabajo es al revés: te enfocas en lo que vas a obtener, no en los billetes que estás poniendo de entrada. Esto hace que entiendas el juego de pagar cincuenta dólares por un desayuno en un hotel de lujo y no lo estés evaluando en el estilo promedio de "en mi pueblo, pago cinco dólares y desayuno como rey". Aplica esto a dispositivos, eventos y demás cosas así. Las moléculas que forman nuestra existencia se acostumbran a lo que las acostumbramos —aunque esto suene esdrúpido— y buscan siempre más de eso mismo: por eso estar en la escasez genera siempre más escasez y estar en lo opuesto te da más de eso.
Cada vez expreso más libremente lo que realmente quiero y pienso. Esto obviamente me aleja cada vez de más y más gente, pero como efecto positivo me acerca más y más a aquellos pocos que comulgan con mi visión y me permite crear una comunidad realmente fuerte, genuina, ejecutora. Al decir mucho de lo que digo a diario, gano haters y pierdo oportunidades con la gente promedio, con la vieja guardia, pero gano velocidad y autoridad porque ser genuino es atractivo. Yo no tengo un jet privado (todavía), pero entre los lujos mas poderosos que he conquistado están el no tener que cuidar cada una de mis palabras como muchos que deben de complacer a muchos intereses al mismo tiempo.
Encuentro el lado positivo a muchos conceptos que la gente promedio ve automáticamente como cosas malas: ser ambicioso, presumido, necio y desesperado me ha ayudado muchísimo más que ser niño bueno boy scout que no ofende a nadie, que le cae bien a todos.
Mi naturaleza me ayuda a no reverenciar las cosas que nos dicen que tenemos que reverenciar automáticamente. Hay gente vieja muy tonta, hay instituciones que solo sirven en nombre, hay profesiones anacrónicas, hay libros que son más marketing que otra cosa, hay fama que solo es superficial y así. Trato de admirar a gente cuya ejecución está mil niveles socioeconómicos arriba de mí, no me importan tonterías como la nueva camioneta de mi vecino, el reloj de mi colega empresario, la marca de ropa que un amigo usó en tal fiesta, los libros que están de moda y así.
Busco con intensidad el entendimiento filosófico de las cosas: ¿qué es esto en realidad? ¿para quién es? ¿cómo va a lucir en cien años? ¿qué está detrás del asunto? ¿cómo luciría para una civilización diferente? ¿cómo se puede entender desde la perspectiva más simple? Haciéndome preguntas así, llego a conclusiones donde los automóviles son en realidad exoesqueletos sofisticados y que en la visión macro —la única que realmente importa— no hay realmente diferencia entre un BMW de última generación y un Chevy con más de veinte años a cuestas, son caparazones que para una megacivilización lucen en un microscopio de la manera en que vemos las células: todas se parecen, aunque tienen ligeramente formas diferentes.
Estas estrategias son un regalo de mí para ti. Pruébalas, descártalas o adáptalas a tu sistema operativo personal.
Te quiero construyendo riqueza con alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre.
Disciplina emocional.
Dureza mental.
Sé audaz con tus frameworks.
Y selo ahora.
—A.