Si lo que tienes que hacer te abruma porque es muy grande, costoso, cansado, recuerda partirlo en pedacitos pequeños y avanzar con los que puedas hoy.
Con esta técnica es como consigues traer a tu vida un sitio web, una casa, un auto, un largo vuelo, un evento, etcétera.
Esto es bastante lógico para muchos de ustedes, lo sé, pero otros que van empezando no están todavía acostumbrados a dividir sus retos en fragmentos manejables.
Los fragmentos manejables se sienten como hacer trampa porque no requieren muchos recursos para ejecutarse. Es una llamada de teléfono, es una búsqueda en internet, es anotar algo en la computadora, es definir una fecha, cosas así. Aquí el truco está en que si no te cansaste con ejecutar este primer paso, te animes a otro y más, hasta que generes momentum positivo. Pronto notarás que llevas un avance significativo con aquello que lucía insuperable.
Los fragmentos manejables se sienten como hacer trampa porque no requieren muchos recursos para ejecutarse.
A mis veinte años organicé un evento que literalmente nos tomó a mi equipo y a mí todo un año para tenerlo listo. Sé perfectamente de lo que te hablo con esto de partir, dividir, fragmentar el objetivo. Gracias a que aprendí desde joven esta habilidad, me he podido insertar en muchos otros proyectos de gran escala desde entonces. Mira, al final, toda construcción de una idea enorme tiene los mismos fundamentos: tienes que mantenerte avanzando en ella para ponerla en existencia, aunque te quiera destrozar con la miriada de problemas que va a alinear frente a ti.
Una llamada. Una búsqueda en internet. Un e-mail. Una decisión. Una fecha. Hay algo en este instante con lo que puedes dar un paso adelante en tu gran proyecto. Ejecútalo ahora al terminar de leerme y así ve sumando varios de esos pasitos al día, durante días, por semanas y meses hasta que veas emerger tu visión en la realidad. Así exactamente es como doblegas a la realidad. Así.
Hay algo en este instante con lo que puedes dar un paso adelante en tu gran proyecto.
Esta estrategia que te estoy explicando hoy aplica para mejorar tu salud, construir tu compañía, encontrar pareja, hacer ese viaje fantástico, escribir tu libro y demás ideas ambiciosas en este estilo. Todo esto está fuera de tu alcance, sí, pero sus fragmentos manejables no. Enfócate en ellos.
Estoy escribiendo esto con un café delicioso y un desayuno de campeones en camino. Es una mañana hermosa, una vista genial, me siento fuerte, estoy contento, inspirado y demás. Pasar de tener un salario miserable a mis treinta años a una vida agradable que me permite esta rutina casi a diario no fue algo que logré atacando el problema de frente, sino despedazando sus fragmentos manejables para ir liberando el premio. No tenía ni novia cuando decidí reinventarme y luego de repente aparecieron tres hijos en mi vida. No tenía ni diploma universitario y luego de repente era el CEO de una empresa de alta tecnología. No tenía la capacidad de aguantar ni doscientos metros corriendo gracias a mi consumo de alcohol y cigarros y luego de repente me volví un tipo de esos amantes del fitness. No tenía ni visa de Estados Unidos y luego de repente estaba tomando cursos en sus mejores universidades. Pero —te lo repito— nada de esto se logra con un solo clavado sino con el avance metódico, determinado, necio y enfocado de empujarte pasito por pasito en la dirección que te conviene.
Como dueño de negocio, esta habilidad de enfocarte en los fragmentos manejables es primordial porque todo lo que deseas implementar en tu empresa requiere mover siempre muchos componentes y cada cambio luce como una pesadilla.
Tómate un par de minutos y determina qué es lo que tienes que empujar. Y decide también aquello que no vas a hacer hoy. Esto es estrategia: lo que queda cuando ya sabes qué distracciones no vas a aceptar, aunque parezcan importantes, aunque luzcan fáciles, aunque griten que te convienen. Sé así de estratégico y comienza a devorar los fragmentos manejables del gran objetivo que te conviene.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé fragmentalmente audaz.
Y selo ahora.
—A.