Todas estas cosas que te ayudan a vender más y mejor las vemos a detalle en #skillsxab, mi workshop a finales de Enero 2025 en CDMX. Próximamente más información.
El pecado de la ropa con nosotros los nerds silvestres es que no luce como algo intelectual.
Nosotros los nerds silvestres no le damos mucha importancia a la ropa porque —equivocadamente— no vemos el asunto como un reto a nuestra sabiduría. A los nerds silvestres nos fascina pensar todo el tiempo en lo inteligentes que somos y creemos que ciertos temas como este no merecen nuestra capacidad de abstracción extrema.
Aviso importante: esto de la vestimenta es parte fundamental en la conquista del juego del que siempre te estoy hablando.
El tipo de tela, su frecuencia, su suavidad, el color de lo que vestimos, todo esto importa bastante. Cuando no le damos su valor, lo que ocurre es que saboteamos mucho del trabajo que llevamos ejecutado en otras áreas.
Mira, nadie te va a comprar más solo porque vistas bien, pero sí te van a comprar menos cuado metes ruido a tus conversaciones.
No saber cómo vestir es agregar ruido innecesario a las interacciones en las que quieres que tus prospectos estén concentrados en la idea, en la visión, en el producto, no en tu camisa fea, no en el pantalón desgastado, no en los zapatos inadecuados.
Vestir bien no es garantía de éxito.
Vestir mal es ruido que te afecta.
Cuando vivimos en ese nivel de nerd silvestre —soy experto— lo que hacemos es minimizar este mundo de la moda y decir que “lo que importa es lo de adentro”, “lo que sé es lo que vale”, “sí, pero ellos no saben hacer esto que yo sí”, “a mí me pagan por lo que sé, no por cómo me visto”, “la ropa cara no tiene sentido” y demás frases enlatadas que parece que los siglos y los siglos de ingenieros detrás de nosotros nos heredaron a nivel mitocondrial.
Ahora, no te digo esto desde el trono del que ya dominó este asunto de la moda y demás. Dios sabe que no, pero te lo digo como aquel que sí ha estudiado el tema. De nuevo: saber vestir no te abre oportunidades, pero sí agrega ruido y puede sabotearte en tu intención de acceder a nuevos niveles.
Recuerdo en mis tempranos veintes cuando me invitaron a una reunión con los dueños de la empresa en la que trabajaba. Llevé mi mejor camisa en un color espantoso —que ahora sé que no me va en lo absoluto— y en una de las interacciones, una de las hijas de los dueños me señaló para ilustrar uno de sus puntos estilo “como por ejemplo, él que trae su Oscar de la Renta...” y yo me sorprendí porque no había logotipo que indicara el nombre de la marca. Así hay mucha gente, acostumbrada a notar cosas que los que venimos de abajo no tenemos ni idea.
Cuando no sabemos de ropa pero no queremos darle peso a este tema porque pensamos que es sencillo y que solo se trata de ir, escoger algunas cosas, pagar por ellas y usarlas, bueno, es cuando recibimos el sabotaje del que te estoy hablando.
Mira, no saber a propósito de algo es minimizar la profundidad que tiene. Esto le pasa a todo el mundo con temas de fútbol y política. Los que no saben, piensan que el fútbol es el partido cuando esos son noventa minutos que reflejan en la cancha el trabajo administrativo aburrido, el trabajo psicológico intenso y el trabajo operativo extremo. Y en política igual: cuando no sabemos, criticamos a los que se dedican a esto sin entender que esas habilidades de moverse, convencer, cambiar de opinión, juntar gente, hacer ruido, saber esperar y demás son realmente las más importantes. Que no te pase esto con la ropa.
Si no sabes, admite simplemente que no sabes, querido nerd silvestre, no racionalices tu ignorancia de cómo vestir como si fuera una virtud superior, porque no lo es, nadie arriba te va a tomar en serio con estos peroratas.
Ahora, aquí enseguida vienen los contraargumentos de que “yo conozco a un millonario que esto” o “los billionaires andan de bermudas y sandalias”, sí, querido hijo de la vida, sí, pero tú no eres ni uno ni otro y no vas a llegar ahí copiando la parte tonta de lo que hacen, no es lógico. Además, su bermuda es de diseñador, no de H&M y las sandalias no son las de cincuenta dólares que viste en Amazon. Por otro lado, todos esos tipos en las alturas —las verdaderas alturas, no el rico de tu pueblito perdido— tienen asesores de imagen porque saben que tienen que encajar bien en cada entorno en el que se mueven para no generar ruido innecesario. Ninguno va a ir informal a hablar frente al congreso.
Si tu novia o alguno de tus amigos tiene realmente buen gusto, se mueve en buenos círculos, son invitados a varias cuestiones sociales y profesionales, hazles caso, saben lo que están haciendo en este rubro de la imagen.
¿Qué hacemos los nerds silvestres cuando queremos dominar una habilidad técnica importante? Nos sumergimos en YouTube —los más actualizados en TikTok— y pasamos horas profundizando en el tema, llegamos a foros exóticos e incluso aventamos una que otra pregunta. Bien. Aplica esta misma estrategia con esto de la ropa. Haz búsquedas de acuerdo a tu estatura, complexión, color, objetivos y demás. Usa la inteligencia artificial también para esto. Si eres super pro, deja de ir de esplendido al antro a comprar botellas y mejor inviértele a algún asesor de imagen que te dé un empujón con tus notas y así.
Nerds silvestres: es hora de dejar de pelear contra los siguientes niveles solo porque nuestras inseguridades nos hacen atacar aquella parte del juego que no entendemos (traducción: la pinche ropa sí importa).
En la escasez defendemos lo que no entendemos con frases estlio “está chido”, “no pasa nada” y así.
En la construcción de riqueza sabes que tal vez estás pagando cinco veces más por esa camisa, pero luces espectacular en ella y te va a durar muchísimo más que la otra que es prácticamente desechable.
Y deja de estar atrapado en la mentalidad de que se trata de estar cómodo. No se trata de que estés cómodo. Al menos no en el inicio. Se trata de avanzar al objetivo y esto siempre será incómodo en el inicio. Primero no te gustará lo que los expertos te propondrán. Esa es la mentalidad del animalito salvaje dentro de ti que no quiere dejarte crecer. Luego te acostumbrarás. Y posteriormente, entenderás lo equivocado que estabas con muchas de tus decisiones anteriores y listo, las dejarás atrás.
¿Cómo te sientes cuando en tu modalidad nerd tu código, tu plano, tu sistema, tu proceso, tu equipo, tu producto, todo eso llega a un nivel simple y elegante que los pros pros aprecian? Bien. Eso quiero para ti también en este rubro de la ropa, que luzcas simple y elegante.
Nota tangencial pero altamente estratégica e importante: cuando agrega mucho fitness a tu rutina, esto te ayuda a llegar ahí, a lo simple y elegante, aparte de que luces cada vez más sexy, papi.
Nerds mujeres y hombres silvestres: seamos cada vez menos silvestres, con esto ayudamos de forma genial al mundo.
Los nerds corporativos sofisticados entienden perfectamente todo esto de lo que estoy hablando: hasta reciben cursos por parte de sus empresas sobre esto de la imagen, pues no llegas a ser un verdadero líder internacional respetado solo por tu carita bonita.
Te quiero bien guapo, bien guapa, con seguridad, con actitud, con visión, con ambición, con capacidad de entender los detalles sutiles del juego.
Tú sé la chica de aquella fiesta que reconoce marcas y que no lo hace por criticar sino simplemente porque esto demuestra que hablas el idioma.
Te quiero en tu versión estilizada de alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre. En serio.
Sé fashionistamente audaz.
Y selo ahora.
—A.