
la primera vez que recibí un ascenso fue entrando a mis veinte años: había trabajado todo el año previo ayudando en la organización de un congreso internacional de ingeniería electrónica, me desviví haciendo el sitio web con registro en línea, la base de datos y la implementación de la red de computadoras durante los días del evento, ayudé en todo lo que pude, usé mi inglés para aclarar telefónicamente detalles con los conferencistas internacionales, envié e-mails y documenté lo que me pidieron y más; al terminar todo el asunto, el comité organizador votó de manera unánime que yo fuera el coordinador general de toda la organización de la siguiente edición del evento, no lo esperaba, salí anodado de esa reunión, caminando lento por el campus, pensando cómo demonios iba a resolver este proyecto enorme que habían puesto en mi regazo
la segunda vez fue cuando trabajé como coordinador de maestros de inglés; tenía a mi cargo a decenas de profesionales con más certificaciones y mucha mejor pronunciación que yo, de mayor edad y bueno, de la experiencia ni te digo; nada de eso me detuvo mucho: hice propuestas, coticé capacitaciones externas, mejoré formatos de reuniones, di seguimientos a problemas importantes, molesté a mi jefe, a su jefe, al jefe del jefe y a los dueños de la corporación con ideas por e-mail que nadie nunca jamás me contestó, cumplí con lo que me tocaba y más, atendí gente y nuevamente me desviví en mi área; un día me invitaron a saltarme el nivel de director y pasar a ser supervisor de casi una decena de escuelas y bueno, era el trabajo soñado para mí, mejor sueldo, mejor oficina, mejor ubicación, etcétera; pensé que no podría hacerlo, pero ya estaba ahí
te digo esto no para recorrer memory lane ni para presumirte mi ejecución, sino para darte contexto de que todo eso que viví en mis veintes me enseñó la ruta que todos los pinches días insisto contigo aquí: que no te muevas lento, aburrido, burocrático como todos los demás porque la gloria no está ahí sino en ser obsesivo, estratégico y ambicioso con lo que te han puesto en tu plato y esa stamina la va a notar la gente adecuada, aunque no te digan nada a diario, verás que un buen día te premiarán porque sí han estado poniendo atención
(e incluso, si ese día no llega, las habilidades que desarrolles al comportarte así por tu cuenta, sin que nadie te tenga que obligar, son excepcionales y exportables a cualquier otro empleo, proyecto, emprendimiento en el que te quieras insertar, así que no estés de dramas quejándote que no te reconocen, fuck it, si no lo ven, no lo ven, no insistas, muévete, pero primero sé un pro total ahí)
pon atención extrema a los detalles
ten en mente las cosas que realmente importan
haz tus documentos minimalistas, sexy
habla con toda la gente necesaria para hacer que las cosas se muevan
no seas agradable para disfrazar tu miedo: insiste de forma agradable pero firme en lo que sabes que se tiene que hacer
crea un ejército que poco a poco te lea mejor la mente
termina los procesos, no eches solamente a andar las cosas, cierra, documenta, regresa a reportar, pregunta si con eso es suficiente para dejar atrás el proyecto y considerarlo terminado, etcétera, poca gente es así
haz llamadas, envía e-mails, aviéntate en el pasillo frente a la gente que necesitas que te autorice las cosas o de plano las rechace, pero no te quedes en el limbo
camina y ejecuta con sentido de urgencia, que se note que no estás atrapado en el cuerpo ni en la mente de un burócrata de cincuenta años resignado de los años setentas
no busques caerle bien a todos los que están en tu nivel: que lo que te importe sea que las cosas se logren (no se trata de ser un incordio, pero no te haces ningún favor a ti ni a tus colaboradores cuidando la sensibilidad de todos)
propón ideas y no te frustres con los rechazos (pasado un punto donde das cien sugerencias y no toman ninguna, mejor lanza tu negocio con todo eso que ves posible)
sé el tipo que no necesita que un psicólogo, una novia, un grupo de amigos, un influencer, lo tengan que estar levantando emocionalmente a diario porque necesita motivación externa: date tus propias pep talks, dite cosas chingonas en voz alta, aprecia los talentos que tienes, recibir aplausos es genial, pero necesitarlos es una adicción tonta
te quiero ascendiendo
te quiero siendo un verdadero pro total
te quiero dejando a un lado las consideraciones que le quitan el sueño a la gente promedio —ya sabes, que si el balance vida-trabajo cuando no tienen ni un peso en sus cuentas, que si los explotan, que si sus derechos, que si sus prestaciones, que si es mi día de descanso y que si no es justo y demás berrinches, tú en lo tuyo, que el músculo que generas cuando otros se quejan es tuyo, te lo llevas a cualquier lado para cualquier situación
tu ascenso está en la ejecución que los demás no quieren hacer
disciplina emocional
dureza mental
te quiero en verdadero modo alto desempeño
va con amor y alpha, como siempre
sé audaz
y selo ahora
—a.