La inversión más pro que puedes hacer en ti para un desarrollo profesional chingón es combatir la soledad de la mente —ese espacio emocional que te hace sentir que nadie te entiende y que a nadie le interesa hablar contigo de todos esos temas de ventas, negocios, tecnología, filosofía, inversiones, fitness, parenting y demás. Tu tribu está en > people x ab Live from Mexico City. Ahí te veo.
Es el año dos mil cinco. Mi primera vez subiendo a un avión. Vuelo internacional de muchas horas para llegar a un evento en la hermosa Río de Janeiro. Todo fue un reto: tramitar mi pasaporte, conseguir la visa para Brasil, comprar el ticket, llegar al aeropuerto, pasar los filtros, encontrar la puerta de abordaje, asegurarme mil veces de que estaba en el punto correcto, pelear por acomodar mi equipaje.
Cuando vienes de un nivel socioeconómico bajo —como yo— esto de andar en aviones es todo menos normal. Es algo que resulta exótico, costoso, tonto, impensable. De hecho, viajar, movernos, salir de la comarca, es por sí mismo visto como algo extremo que se hace solo porque una situación profesional o personal dura nos obliga.
Pude hacer aquel viaje porque la organización en la que hacía voluntariado me informó que iba a reembolsarme el vuelo y el hotel —no los taxis, no las comidas, pero bueno. Pagar estas cosas con mi nueva tarjeta de crédito —que me daba terror utilizar— fue un parteaguas emocional del que no tienes idea.
Bien. Te comento todo esto como introducción al tema de hoy: los resets que tú y yo necesitamos.
Resetearnos es una de esas recomendaciones que suenan bien, pero que la mayoría ejecutamos terriblemente. Pensamos que unas vacaciones o decisiones en ese estilo nos ayudan a resetearnos. No mucho, eh, pues esas cosas son resets débiles que no nos generan el músculo que necesitamos.
Te decía que vengo de un nivel socioeconómico bajo. Cuando estuve atrapado ahí, lo que hacía era justificar mis decisiones de escasez —viajar en autobús— atacando lo que me convenía —viajar en avión— con mil y un frases que me ayudaban a sentirme mejor conmigo mismo. No me daba cuenta, claro, pero esta tonta actitud y comportamiento de bajo desempeño me convertían en un tipo que defendía mi posición en la pobreza.
Tú jamás defiendas la posición de escasez en la que te encuentres.
Defender la posición de escasez es de esas cosas en las que aunque "ganes", en realidad pierdes rotundamente.
"Qué tontería pagar tanto por un vuelo cuando en el autobús vas más cómodo, te sale más barato y viajas toda la noche y vas durmiendo", eran el tipo de cosas que me decía a mí mismo. Al estar atrapado ahí, así jamás, jamás, jamás iba a conseguir empujarme yo mismo hacia los niveles que sí me convenían.
Para hacernos un reset fuerte necesitamos recolectar evidencia física, emocional e intelectual a diario que nos hagan cambiar a golpes nuestro marco de referencia, nuestra mentalidad.
Cuando comencé a frecuentar aeropuertos, mi lado de escasez peleaba contra los precios de todo: que si la comida, el agua, los dulces, los servicios, todo era costoso y no sé qué. Luego empecé a entrar a lounges exclusivos y vi que todos usaban cierta marca de dispositivos y yo los criticaba porque mi Acer con Windows funcionaba genial y eran unos tontos en gastar en algo solo por el marketing y así.
(Pro tip: el animalito salvaje que nuestra mentalidad es en la escasez lo que hace al atacar lo que nos conviene es disfrazarlo de inteligencia, así que cada vez que te sientas inteligente al combatir algo, analiza si lo estás haciendo solo para proteger a ese animalito salvaje en lugar de abrazarlo para subir de nivel).
La evidencia que requerí para dejar de pensar en vuelos, aviones, aerolíneas y aeropuertos como cosas exóticas, tontas, costosas y así fue el usarlos más y más, ver el tipo de profesionales que se movían en ellos y decidir si quería eso o ir peleando en el autobús con pantallas brillosas innecesarias, ruido excesivo y demás folklore que estoy seguro me entiendes bien al respecto.
Hoy tal vez me subo a uno o dos autobuses al año y solo porque definitivamente no hay otra opción. Todo es en avión porque la evidencia ha moldeado mi mentalidad y ahora lo veo normal. El reset que me convenía quedó fosilizado en mi ADN. Y esto es lo que quiero para ti, que hagas resets fuertes coleccionando evidencia que contradiga a la escasez que solemos defender automáticamente.
De nuevo: recolecta evidencia física, emocional, intelectual que pelee fuertemente contra la escasez que estás defendiendo en modo automático. Así es como te haces resets fuertes, fuertes, fuertes en tus diferentes marcos de referencia.
Los resets fuertes son como cuando analizas a tu versión de diez años atrás y decides que sí, que muchas de esas cosas que veías bien ahora entiendes que son tonterías, o analizas a esa ex que idolatrabas y ya con mente frío dices qué bueno que ya no está en mi vida y así.
Los resets fuertes te regalan espacio para insertarte nuevas apps geniales en tu sistema operativo personal.
¿Sabes cómo puedes medir que estás teniendo resets fuertes? Cuando la gente te empieza a acusar de que has cambiado, cuando te dicen que antes "sí jalabas", que ahora "te abres", que "te has vuelto mamón" y demás. Esto significa que te estás moviendo genuinamente diferente de lo que el promedio espera de ti en eso, en tu ejecución promedio.
No te voy a engañar: los resets fuertes duelen en lo financiero, en lo emocional, en lo filosófico, en lo intelectual, en lo personal. Y está bien que duelan, hay que entender que son reajustes, son reacomodos y no hay manera de mover cosas sin alterar otras. La buena noticia es que este dolor de los resets fuertes solo duran un tiempo y después desaparece. Esto es lo que quiero para ti.
Te quiero en tu versión reseteada de alto desempeño.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé aéreamente audaz.
Y selo ahora.
—A.