La primera vez que leí sobre fitness fue a los quince años. Encontré en el supermercado un librito titulado "Atrévase a vivir... ¡corriendo!". No sé por qué, pero rogué a mamá —siempre angustiada con el dinero— que me lo comprara. Lo leí, lo "entendí" y en esa horrible mentalidad de escasez que me caracterizó por décadas, dejé pasar quince años de mi vida para —por fin— un día en mis tempranos treintas comenzar a ejecutar lo que ahí explicaban sobre caminar con intención, la importancia de un buen estiramiento y demás temas relacionados.
No vas tarde a esto del fitness. ¿Podrías haber iniciado mucho antes? Sí, claro, pero en serio, no vas tarde. Pon atención.
Te platico esto porque —siguiendo en esta línea del fitness— lo mismo me ocurrió con la parte de la nutrición. Por mucho tiempo, yo creía "entender" lo importante de una buena alimentación, aunque en realidad lo abordaba como la gente promedio: come frutas, verduras, carne, leche y así.
Coaches, influencers y amigos hablaban de lo importante de la alimentación para conseguir los objetivos en el fitness. Yo los escuchaba atentamente y asentía, pero luego —de alguna tonta manera— hacía esas notas a un lado y no les daba seguimiento.
Durante mucho tiempo me comparaba en el gimnasio con otros tipos, intentando llegar a su nivel. Creía que necesitaba más tiempo, o "más disciplina", o cambiar de rutina, o más peso, o algo así, porque lo que hacía claramente no estaba funcionando.
Hay algo que siempre recomiendo a los clientes de mis workshops: que primero se enfoquen en eliminar, borrar, quitar, abandonar apps (ideas) de su sistema operativo personal, antes de querer agregar nuevas estrategias, plataformas, hacks.
Minimalismo. Quita, quita, quita antes de ponerte a agregar por agregar.
Eso era justo lo que yo no estaba haciendo en términos de fitness: quería moldear mi cuerpo solo con ejercicio físico agregando más horas a la semana, más libras, más intensidad y así. Claro que eso funciona, pero no tanto como podrías pensar.
Lo que tenía que quitar primero eran mis terribles hábitos alimenticios.
Lo que tenía que quitar primero era mi falta de entendimiento verdadero de cómo funcionan los alimentos.
Compré en dos mil once "The Four-Hour Body", el mejor libro de fitness hacking que hay, y ahí "entendí" muchas cosas que —again— me tomó casi diez años poner en práctica: que eso de que todos los días debemos comer algo diferente es un invento, que la proteína y el músculo son lo más importante, que casi todo lo blanco en alimentos nos jode, que el azúcar, bueno, qué te digo de la pinche azúcar, ¿verdad?
Todo este conocimiento de nutrición, workouts y así estaba en mí, pero no terminaba de hacerse presente en mi realidad diaria.
Sí, claro, cuidar la alimentación, ajá, pero todo a mi alrededor tiene pan, tortillas, azúcar.
Sí, claro, hacer ejercicio, pero caray, me toma entre una y dos horas a diario, ¿a qué hora si tengo que trabajar?
Un día escuché de forma casual una frase en el gym que —para mí— sintetizó de forma perfecta todo ese entendimiento que había acumulado durante muchos años:
"Recuerda, fulano, se trata de 60% alimentación, 30% ejercicio, 10% descanso".
Uf. La frase no era para mí, pero no tienes idea lo mucho que alteró mi vida.
Yo sé que bastante de lo que esto diciendo es muy lógico para muchos de ustedes, pero créanme, habemos personas que no terminamos de procesar toda esta información y necesitamos empujes claros en este estilo.
Te aviso —si no estás metido obsesivamente en el fitness— que toda la gente atlética y fuerte con la que te topes dentro y fuera del gym, entienden perfectamente esta fórmula y la ejecutan con consistencia envidiable.
Una de cada cien se ven bien por suerte genética. El resto tenemos que chingarle.
Para mí, escuchar esto de los porcentajes fue revelador porque me permitió por fin asignarle orden y peso a las cosas en las que debía enfocarme para conseguir mis objetivos.
Saber que la nutrición es importante está bien, pero asignarle un número tan grande en la ecuación fue lo que me hizo voltear drásticamente a ponerle atención extrema al asunto.
Una cosa era pensar que era algo "importante" y luego entender que era "lo más importante".
Enfocarme solamente en "darle más duro" al gym no iba a funcionar. Esto siempre es como usar una lata para sacar agua de un barco al que le entran barriles a cada instante.
Cada vez que publico esta fórmula de 30% ejercicio + 60% nutrición + 10% descanso, muchos expertos genuinos me corrigen y está bien. Tal vez no es la fórmula perfecta, pero da mucha claridad y la comparto siempre esperando que ilumine a otros como me iluminó a mí.
La gente que ves que asiste al gimnasio, esos que hacen mucho ejercicio y nada más no bajan de peso o no logran moldear su cuerpo como quieren, te puedo apostar lo que quieras que no están ejecutando bien la fórmula, aunque te van a decir que sí, que sí comen bien, que sí, que sí cuidan su alimentación, pero muchas veces esto es narrativa estilo "voy por un café" y te metes a Starbucks a chingarte un postre que te venden disfrazado de café.
En nutrición, come mucha proteína, reduce al máximo, así, con dureza, con obsesión, el azúcar. Cero pan y cero tortillas. Hazme caso unas semanas y te sorprenderás. Aprende sobre ayunos, detox y cosas así. No te engañes: las frutas no son tus amigas y los juguitos tampoco. Y recuerda, glucosamina, colágeno, creatina, estas cosas son importantes.
En fitness, no te engañes saliendo a caminar al parque veinte minutos como si fueras un viejito jubilado de ochenta y cinco años que no puede hacer más. Ve a las clases que te exijan, que te hagan sudar, contratas un coach personalizado hasta que ya respires la técnica correcta para usar cada aparato, para trabajar cada músculo, las cargas progresivas que te convienen y el número de repeticiones y series que debes hacer. Te van a doler a diario diferentes partes del cuerpo y así será durante unas semanas hasta el día donde dejarás de pensar en esos dolores y entenderás que es normal porque justo eso significa que tu cuerpo está construyendo músculos ahí donde te esforzaste en tu sesión.
En descanso, bueno, sí, claro, pero hay diferentes tipos. El mexicano promedio entiende descanso como estar en posición aletargada todo el día en la cama viendo Netflix y ordenando dos pizzas para luego desvelarse viendo TikToks y despertar destrozado para irse a trabajar. Eso no es lo que hablamos aquí, es todo lo opuesto. Que tu descanso sea activo, agradable.
Dentro de mi comunidad premium, tenemos un espacio dedicado al fitness donde a diario nos compartimos fotos de nosotros en el gym o corriendo en la playa, en un bosque, mostrando las métricas de nuestros relojes inteligentes, explicnado lo que nos preparamos de comer y así. Te digo esto no como comercial, sino para que busques tener una comunidad que te haga ver natural todo esto, porque si no, vas a sentir a diario que estás luchando contra el mundo, cuando habemos muchos ya estamos en el camino y que nos encanta darle la bienvenida a otros que les interesa unirse. Ten un grupo de amigos siempre en las áreas que te conviene conquistar.
Quiero que todas tus redes sociales te inuden de hacks de fitness, workouts, comida alta en proteína y cosas así. Si tu algoritmo te arroja principalmente imágenes y videos de chicos guapos o chicas buenísimas haciendo tonterías, hablando endejadas, eso dice mucho más de ti que todas las historias que insistas en contarnos a los demás. Enfócate. No andes por la vida todo el tiempo como adolescente descontrolado.
El otro día leí en X que una chica decía que cómo era posible que viéramos "normal" iniciar el nuevo año borrachos, descontrolados, que qué tipo de mensaje le enviamos al mundo y nos damos a nosotros mismos cuando hacemos eso un ritual. Me encantó su reflexión porque engloba de manera muy clara algo que la gente promedio no quiere aceptar: sus rituales, sus rutinas, sus formas de moverse en la vida, no son realmente buenas, no los ayudan, pero insisten en querer hacernos ver a los demás que "eso está bien", que "es normal", que "no pasa nada".
Claro que no está bien andar jodido con tu cuerpo y comer mal.
Claro que no está bien perderte en el alcohol y verlo como tu principal y/o única forma de "pasarla bien".
Claro que no está bien sentirte sin energía a diario y pensar que no tienes tiempo de ocuparte en lo que importa.
El fitness es lo más, más, más importante de tu vida.
Y con estas notas espero ayudarte con los puntos que a mí me tomaron demasiado tiempo tener claros.
Ejecuta. Es lo mejor que puedes hacer para ti, para tu familia para tu negocio, para tus ingresos, para tu comunidad.
"¿Para mi negocio? ¿Para mis ingresos? ¿Qué tiene que ver el fitness con mi negocio/ingresos?" La nueva generación de personas de negocios lo entendemos bien: no estás en el gym haciendo ejercicio en realidad, estás ahí atacando físicamente tus problemas, lo cual te da perspectivas más amplias. Aparte, la necedad de cumplir con tu rutina a pesar del dolor, de la incomodidad, del tiempo, es la misma necedad que puedes exportar a tus ventas, a tu marketing, a tus operaciones, a tu administración, a tus inversiones.
Todo está conectado.
Lo verás cuando de repente te sientas más confiado y el mercado empiece a tratarte diferente porque tu mentalidad es diferente.
Sentirte mejor físicamente activa muchas cosas que yo no tenía idea porque había vivido siempre en la flojera, en la indisciplina, en la escasez emocional. Ahora siento que realmente me quiero, que realmente puedo ejecutar de forma superior.
No te voy a engañar. El cereal que hoy compro me cuesta el doble que uno tradicional y trae menos de la mitad de contenido neto, pero me siento contento al saber que sus niveles de proteína, fibra dietética y otros así están elevados mientras que los de azúcares, sodio y demás están en ceros o casi.
Todo esto del fitness ( nutrición 60% + ejercicio 30% + descanso 10%) es un fastidio.
Es mucho dinero el que hay que invertir.
Es mucho tiempo.
Es mucho sudor, sangre, lágrimas.
Pero es lo que es y no hay absolutamente ninguna otra alternativa que te convenga tanto. Te lo juro, te lo firmo.
Deja esas tonterías de cirugías, pastillas, inyecciones y tratamientos mágicos. Deja eso para la gente promedio. Tú muévete como un pro, en todo.
No tienes que ser perfecto con el fitness. No sufras emocionalmente así.
Lo que yo hago es evaluar semanalmente mi travesía en este mundo. Si en esa semana como bien seis de los siete días, me ejercito duro al menos cinco y descanso bien en casi todos, eso es genial. Si al año solo tengo una o dos o tres semanas malas del total de cincuenta y dos, uf, fantástico.
Hay dos maneras de pedirle al mundo que te tome en serio: exigiendo como niño berrinchudo que es injusto que no te tomen en serio si ya eres adulto y tienes un diploma de la universidad y por qué, y por qué y por qué; o tomándote tú mismo en serio con esto del fitness que se va a notar y hará que los demás entiendan el mensaje sin que les tengas que decir nada.
Te quiero fit, fuerte, ambicioso, rápido, flexible, cabrón.
Va con amor y alfa, como siempre.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.
Que increíble artículo casi parece que me lo estás diciendo directamente, agradezco enormemente lo que comentas justo en esa etapa estoy y me comentó la nutrióloga hace meses no es correcto iba cosa sin la otra (nutrición más ejercicio,,) un abrazo sensei, andamos dándole con todo, impulsando una mejor versión con TADI