El control de tu destino
Te deseo todos estos hacks de vida para que consigas resultados concretos.



Haz esto.
Son mis mejores deseos concretos y poderosos para ti:
Te deseo que puedas abandonar esa tonta idea del balance vida-trabajo. Ignora a tus seres queridos cuando así le convenga a la gran estrategia de riqueza que tienes. Ignora lo profesional cuando estés teniendo una experiencia familiar memorable. No seas un tipo dramático que vive a medias metido en una cosa pero sintiéndote mal al mismo tiempo por otra.
Te deseo que cada semana ejecutes un movimiento irracional que te coloque al final del año en posición de ventaja natural por haber descubierto relaciones, ideas, situaciones y oportunidades a las que los demás no pudieron acceder porque se quedaron ciclados haciendo como siempre solo las cosas lógicas.
Te deseo que trabajes en serio con tu marca personal exponiendo tu cara, tus ideas y tus proyectos aunque te dé miedo/pena que tus amigos se burlen de tu nueva faceta de influencer —y que entiendas que con esto filtras a tus verdaderos amigos, quienes deberían ser los promotores más espectaculares de tu crecimiento.
Te deseo que desarrolles la capacidad de invertir mayoritariamente en instrumentos financieros aburridos, esos que solo tienen sentido dentro de diez, veinte, treinta años.
Te deseo que te regales cursos premium, eventos exclusivos, experiencias selectas que te hagan entender mejor todo esto que te platico aquí a diario en términos de la construcción de riqueza, que esto sea lo natural para ti.
Te deseo que te contrates un coach personal para tu desarrollo profesional, para tus objetivos fitness, para tus negocios, haz que esta acción le demuestre al mundo y a ti mismo que eres alguien a tomar en serio en esto de conquistar lo que importa.
Te deseo que tomes menos cosas de manera personal, que hagas muy fuerte tu psicología personal para no quebrarte ni explotar fácilmente como todos, que seas un alma menos sensible a lo irrelevante.
Te deseo que consigas ver el mundo por las enormes oportunidades que ofrece cuando aprendes a jugar el juego y no por el drama que otros te quieren vender como si fuera su único producto.
Te deseo que generes más horas en tu día analizando inteligentemente cuáles son las actividades que ya puedes ignorar, borrar, delegar o automatizar.
Te deseo que tu inglés mejore muchísimo para que accedas a las verdaderas ideas innovadoras que la humanidad está discutiendo en tiempo real y no tengas que enterarte muy tarde por periódicos en declive con malas traducciones y peores redacciones.
Te deseo que dejes de permitir ya que otros limiten tu avance a través de tu pasividad con la cual esperas que cambien o que te den respuesta o que se alineen con tu visión. Hazlos a un lado y sé proactivo. Busca en otros lados. Conecta con otras personas. Empújate sin ellos.
Te deseo que entres a las conversaciones difíciles que debes tener para destrabar los siguientes fascinantes niveles que la vida te ofrece cuando confrontas lo que tienes que confrontar.
Te deseo que la ecuanimidad sea la marca que te distinga, que donde todos hacen drama por todo, gritan y corren como gallinas sin cabeza, tú logres mantenerte principalmente estoico y en control para ver avenidas que los demás ni siquiera pueden considerar.
Te deseo que cada día te sientas más y más alejado de lo que ofende a las mayorías, que no luches como ellos por derechos laborales anacrónicos (esto los mete en batallas en las que incluso ganando, pierden), que no protejas tu tiempo libre como ellos que solo lo quieren para tontear (cuando alguien en camino a tener su propio negocio ve todo lo que puede hacer antes, durante y después de su trabajo actual como entrenamiento patrocinado), que no te mimetices con un grupo de colegas en la oficina que están en tu mismo nivel porque esto nada más te hará experto en criticar a los de arriba sin entender el verdadero juego.
Te deseo que la gente que te conoce de hace mucho tiempo te diga en forma de queja que “has cambiado” y lo veas como algo bueno, que significa que te estás despegando de aquella versión tuya que era cómoda y lógica para el nivel que ahora quieres dejar atrás.
Te deseo que pases de silvestre a sofisticado en tus pasatiempos, en actividades profesionales, en filosofía, en tecnología, en política, en negocios.
Te deseo que no te quiten el sueño las tonterías del mundo, los chismes de gente que no está construyendo nada, cantidades pequeñas, ideas que solo sirven para demostrar algo a gente que no importa.
Te deseo que seas más inteligente, más seguro de ti mismo, más sexy, más flexible, más fuerte, más ambicioso, más poderoso. Tal vez la combinación de estas cosas es lo que nos lleva a la felicidad.
Te deseo que controles realmente tu destino.
Te deseo —como siempre— que seas audaz.
Y que lo seas ahora.
Aquí estoy para ti.
—A.