Desarrollar una mente fría te da ecuanimidad. Este es uno de los mejores regalos que te puedes hacer a ti mismo para construir una vida genial.
Esto es lo que yo hago para intentar estar el mayor tiempo posible en ese estado:
Me recuerdo que casi nada importa. Lo que va a importar realmente en mi vida es aquello que recuerde con gusto en mis últimos cinco minutos en mi lecho de muerte. Me enfoco en preguntarme todo el tiempo si "eso" que me quiere inquietar pertenece a ese momento y casi siempre la respuesta es "no", así que o lo ignoro, desactivo, delego o vendo o así.
Me digo que no soy la primera persona en la historia de la humanidad que tiene este problema, que ya hay muchos que lo han vivido, varios de ellos lo han resuelto y hay libros, blogs, artículos, podcasts, películas, poemas y canciones sobre cómo ejecutar los pasos que me convienen para salir de la situación. No soy especial con mis problemas, no soy Elon Musk intentando llevar a la gente a Marte.
Me mantengo disciplinado en no "apapachar" a personas que me quieren hacer drama con sus historias, quejas y demás. Durante mucho tiempo creí que ser amigo de alguien significaba apoyarlo sin importar qué y que esto era sinónimo de estar de su lado, pero hoy no lo veo así: ser un buen amigo, un buen padre, un buen jefe, es impulsar a la otra persona y esto muchas veces requiere que les digas lo que no quieren aceptar, ver o ejecutar. Actuar así es incómodo y por eso mucha gente rehuye este comportamiento. Es más fácil darle un abrazo a alguien y quejarnos a su lado amargamente para hacerlo sentir que "estamos ahí" para él/ella cuando en realidad esa situación va a seguir repitiéndose si no hace algo al respecto. Por eso no tengo amigos, creo.
Entiendo que no puedo predecir todas las cosas malas que me van a pasar en este caos llamado vida, pero si algo negativo me ocurre lo que me he acostumbrado a hacer es a determinar cómo demonios voy a evitar que esto vuelva a ocurrir y me vuelvo maniático en encontrar las causas raíces que me llevaron ahí y a matarlas desde el inicio lo más posible que pueda. Mi error —y creo que el de la mayoría de la gente— era ponerme en modo víctima de "oh, Dios mío, por qué me ocurrió esto a mí ahora que soy pobre y no tengo cómo solucionarlo". Ser así es fácil, tristemente. Que pase una vez está bien, pero a partir de la siguiente es que estoy siendo tonto, no hay más.
No busco complacer a mucha gente sino a unos pocos que he decidido que son importantes en mi vida: algunos amigos, algunos familiares, algunos socios, algunos clientes y así. Andar por la vida queriendo ser bien visto por todo el mundo todo el tiempo es receta perfecta para que el miedo nos invada y no nos deje hacer nada ante la perspectiva de lo que otros van a decir. Hoy tengo cientos si no miles de personas que me detestan, que odian lo que publico, que están en contra de mis ideas, que tienen una imagen terrible de mí y así, pero tal es el precio que todos los que construyen cosas debemos de pagar si es que realmente queremos crecer. Ser un people-pleaser es lo opuesto a tener control de nuestra vida.
Casi nadie es ecuánime.
Casi todo el mundo corre como gallina sin cabeza.
Si aprendes a dominar la mayor parte del tiempo tu mentalidad, esto te va a permitir tomar mejores decisiones para tu futuro. Esto no significa que todo lo que decidas va a ser perfecto o genial, pero sí tendrás mejores ángulos y herramientas a tu disposición para construirlo fuerte desde sus cimientos.
Sé frío. Ten disciplina emocional, dureza mental.
Va con mucho amor y alpha, como siempre.
Sé audaz. Y selo ahora.
—A.
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