
El otro día una asistente comentó en uno de mis workshops que cuando perdió una cantidad fuerte de dinero en uno de los negocios familiares, le dijeron en casa algo en el estilo de que "así es esto, si no le metes para perder, no vas a ganar".
En ese instante detuve con violencia su intervención y aproveché para explicarle a los demás que exactamente —exactamente— así es como opera el pensamiento y ejecución de las familias que construyen riqueza transgeneracional y que es tan común para ellos verlo de esta manera, que no se dan cuenta de la brecha de criterio que existe con el resto de personas atrapadas en la mentalidad de escasez —donde cualquier cosa luce como riesgo, perder dinero es lo peor del mundo y hacer cosas nuevas es perder el tiempo.
Obviamente no se trata de que estés perdiendo dinero a lo tonto, querido hijo de la vida, pero sí de que entiendas que el dinero es combustible para adquirir velocidad de escape, ese punto donde dejas atrás la gravedad de la mentalidad de escasez y entras a una órbita de oportunidades, recursos y conexiones geniales.
Desde hace dos décadas he ido a cientos de eventos en todo el mundo como asistente y probablemente menos del veinte por ciento de ellos —y creo que estoy siendo muy generoso— me han dejado alguna buena relación o idea que me facilitan jugar con criterio internacional, pero no iba a conseguir eso sin "perder" el tiempo y dinero en el otro ochenta por ciento.
Querer que cada salida, viaje, evento, libro, curso, coach que compras sean un éxito en tu vida, bueno, esto es una expectativa infantil: los pros sabemos que —por ejemplo— de las miles de conversaciones que tenemos con gente distinta en cada uno de las decenas y decenas de viajes que hacemos fuera de la comarca al año, bueno, serán apenas unas pocas las personas y notas que nos impulsarán para construir más riqueza.
Hace algunos meses leí por ahí que para fines prácticos, bueno, existen humanos infinitos. Esto me encantó porque es cierto: siempre van a ser más los miles de millones de humanos que no conoces e incluso así insistimos tontamente en querer que sean los mismos veinte cercanos de siempre los que nos apoyen, aplaudan y validen, cuando si no lo hacen, podemos seguirlos amándolos, pero los ponemos a un lado y nos acostumbramos mejor a desarrollar el músculo de interfacear con muchos más hasta ir encontrando literalmente las conexiones correctas que nos impulsan fácil y genialmente.
A lo que voy con esta nota de los humanos infinitos es que también tienes oportunidades infinitas, solo que no dejamos que nos resulte natural verlo así, creemos en limitaciones como que si no estudiaste la universidad, no puedes ser un gran profesional o que si ya tienes cincuenta años, ya se te pasó la edad para hacer eso que querías: todo eso es falso, está mal y no debes permitirte caer en esos razonamientos, no van para nada con el alto desempeño.
En algún video motivacional preguntaban cómo te comportarías si supieras que solo estás a treinta rechazos, a treinta "no" de obtener eso que te interesa: explicaban que la mayoría de las personas se desinflan porque en el amor les salieron mal las cosas con los dos primeros novios, o en emprendimiento no supieron mantener las cosas andando con sus primeros tres proyectos. Mira, por pura probabilidad y estadística, lo que tienes que entender es que es imposible que todo te salga bien todo el tiempo, pero, pero, pero también es imposible que absolutamente todo te salga mal todo el tiempo.
Sé el tipo de atractivo promedio que conquista a una modelo guapísimo y deja a todos sin habla preguntándose cómo lo logró. La técnica es muy simple: le dices cosas románticas a cien, permites que noventa y nueva de ellas se burlen, pero una va a tomar en serio tus palabras y eso es lo que el mundo verá. Esto es algo que yo hago con mis publicaciones: tengo miles y miles de textos, pero solamente un pequeño porcentaje de ellos logran trascender, mientras que muchos novatos con esto de la marca personal se desviven con cada artículo, con cada post esperando que este sí sea el bueno y se haga viral y los lleve a la fama donde por fin los entreviste el influencer de moda en su podcast y así. La calidad está muy bien, pero no tienes por qué pelearte con la cantidad.
En otra palabras, pon siempre la matemática a tu favor: ejecuta más que los demás, más rápido, con buena actitud, recuperándote de inmediato de los descalabros, rechazos y dramas de todos esos que no quieren nada contigo y avanzando con la inteligencia de que es imposible que la ejecución intensa te esté haciendo más tonto, todo lo contrario.
Todo esto de lo que estoy hablando aquí es parte de la serendipia —construcción de suerte.
¿Qué es lo que más le duele a la persona promedio, a la gente de bajo desempeño, perder? Dinero.
(Un multimillonario pierde cientos o miles de millones de dólares en un mal día en la bolsa de valores y no hace drama; aquí mucha gente dice "no, pues yo tampoco haría drama, Aarón, porque teniendo todo ese dinero no habría problema" pero no se dan cuenta que esto es mentira, porque no llegas a construir esas fortunas si de entrada crees que mágicamente vas a cambiar a ese tipo de mentalidad de "no me importa perder ese dinero" cuando tengas mucho si ahorita que tienes dos pesos te duele a nivel mitocondrial. El dinero amplifica lo que (no) has dominado: si eres ecuánime, serás más ecuánime y si tienes un desmadre de criterio, tendrás más caos en tu vida)
Entonces, si tú dejas de hacer drama por dinero que "pierdes" en cursos, workshops, eventos, relaciones, salidas de la comarca y así, adquieres una ventaja injusta enorme porque te vuelves inmune a los sufrimientos imaginarios de los demás y aparte —y no es poca cosa— te facilitas el conectar con ideas y gente genial que no se circula cerca de tu colonia y esto te hace ver el mundo como un espacio de juego enorme para ti y los otros pocos atrevidos que andan allá afuera sin miedos tontos.
La emprendedora que levantó la mano en mi workshop para hablar de lo que su familia le dijo me confesó que era cierto, que ella veía normal ese tipo de conversaciones en su casa y le expliqué que eso era una ventaja injusta. Ahora, en tu caso, ya no importa si en tu hogar te dieron este tipo de empuje o no, porque ya entiendes cómo debes comportarte en modo alto desempeño.
Largo plazo.
Ecuanimidad.
Buena postura.
Fitness. Inglés. Lectura. Marca personal.
Salir de la comarca, hijo.
Dureza mental.
Disciplina emocional.
Construir riqueza, no andar por la vida intentando menos.
Te quiero duro, global, ambicioso, tenaz, ejecutor y capitalizado.
Todo esto va con amor y alpha, como siempre.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.