Ahora estás al frente
Cómo comportarte como todo un pro en tu nueva posición de liderazgo.
¿Te acaban de ascender por primera vez para ser líder del equipo?
Tienes que dejar de estar enamorado de tus habilidades técnicas. Tu enfoque al 95% a partir de hoy es practicar hasta el cansancio todo lo que puedas de soft skills: comunicación, lenguaje corporal, política, presentaciones, redacción, psicología, etcétera.
El comportamiento/mentalidad que te trajo hasta aquí, no te llevará más allá. Esfuérzate por el amor de Dios en entender el verdadero juego corporativo. Cualquier empleadito de bajo nivel puede ofenderse por todas las decisiones emitidas en los headquarters, tú aprende a desmenuzarlas y comprender la raíz de las instrucciones y sus ramificaciones en varias dimensiones.
Tu misión a partir de ahora es ser la parte de en medio de un sandwich emocional y no quebrarte. Por un lado tienes que "complacer" a tu equipo y por otro "a los de arriba". Este es el difícil balance diario en el que te has metido. Have fun.
Aprende a ser al mismo tiempo coach, psicólogo, cura, confidente, BFF, representante y papá de todos en tu equipo. Este es el verdadero trabajo, es cansado, es frustrante. Para el novato, esto no parece trabajo sino perdida de tiempo porque quiere dedicar su tiempo a hacer reportes y entrar a reuniones, que es lo que él asume equivocadamente como productivo.
No tienes que saber técnicamente más que la gente a tu cargo. Tienes que tener una buena idea del asunto, claro, pero no se trata de que seas el experto global, la autoridad máxima. Deja de preocuparte tanto por esto.
Tienes que ser capaz de conseguir que las cosas que importan ocurran. Tu equipo va a proponer mil ideas, van a entusiasmarse por otras cosas y demás. Ellos no tienen el entendimiento ni la visión que tú en tu nueva posición sí, por lo tanto te corresponde alinearlos a diario, mantenerlos on track.
No puedes ser el mejor amigo de la gente a tu cargo. Olvídate de eso de que "somos familia". Pensar y expresarse así es miedo y significa que no estás dispuesto a tener conversaciones difíciles con estas personitas y que no vas a tomar las decisiones duras que en algún momento se van a requerir.
Lo más difícil del mundo —biológicamente estamos cableados así— es que un grupo al que antes pertenecíamos naturalmente, de repente nos deje de invitar a las carnes asadas y abra otro grupo de WhatsApp al que no te van a agregar. Esto ocurre porque tu posición se ha consolidado: ya no eres uno de ellos. Y está bien.
No seas simplón asumiendo cosas que no estoy diciendo. No te estoy recomendando que te pelees con tu gente o que seas insoportable u odioso. Te estoy diciendo simplemente que tu rol ahora es diferente y que la gente con la que te llevabas muy bien ahora te ve así, diferente. Y te lo repito: relájate, esto está bien.
Uno de tus principales trabajos es ir desarrollando a un par de personitas que potencialmente te puedan reemplazar. De nada sirve que hagas un muy buen trabajo como jefe de este equipo y no te puedan ascender a otras posiciones porque no hay nadie capaz de mantener el ritmo exitoso que has impuesto.
Piensa esto: la compañía no te ascendió a jefe para que tengas una banda de compañeros con los cuales aliarte para criticar y semi-sabotear a la organización por cualquier tontería a cada instante. Internaliza que esta organización paga tu salario y mantiene tu estilo de vida. Te ascendieron para ayudar primariamente en sus objetivos ambiciosos empresariales, no para que andes quedando bien con la gente a tu cargo sin exigirles nada y cubriendo su bajo desempeño.
Muchas decisiones de los jefes que antes no entendías ahora serán claras para ti. Y cuando se las quieras explicar a tu gente, no te entenderán y te dirán que si ellos fueran jefes, harían las cosas diferentes. Y cuando finalmente asciendan, comprenderán y actuarán justo como lo estás haciendo y así va el ciclo de la vida, querido hijo de Dios.
Entiende que ahora eres un político. Y debes comportarte así. Deja de pensar en la política electoral tradicional, eso es basura. Piensa en la política como esa herramienta que te permite moverte entre seres humanos y conseguir empujar los objetivos que convienen a todos a nivel grupal.
Invita desayunos, cafés y galletas en las reuniones de tu bolsa. Regala libros. Haz el espacio antes, durante y después de las horas de trabajo para ir moldeando al menos a los miembros clave de tu equipo. Necesitas platicar con ellos, escucharlos, hacerles muchas preguntas, tomar algunas de sus notas en consideración y explicarles con respeto por qué en este instante no puedes implementar lo que te sugieren.
Evalúa bien a tu gente. Trabaja muchísimo en dominar tu sesgo de confirmación (confirmation bias) que te hace que algunas personas te gusten más que otras cuando lo que debe guiarte es la ejecución y los resultados. Sé pragmático, no romántico. No te proyectes.
Te van a enviar a cursos y reuniones a los que antes no tenías acceso. Aprovecha esto, levanta la mano, pregunta, interactúa, sé líder dentro de los líderes, aprende bien, demuestra con tu actitud y ejecución que estás para mucho más.
No te hagas el gran amigo de otros que llevan muchos años como jefes en el mismo nivel. No han dominado lo necesario para subir de nivel y lo único que conseguirás será mimetizarte con ellos y repetir su destino.
Sé capaz de solicitar retroalimentación genuina (dura, directa) de tus jefes y que vean que trabajas en lo que te dicen. Sé coacheable. Sé ligero. No tomes estas cosas como algo personal.
Dale capacitación programada e impromptu, oficial y no-oficial a tu equipo. Solicita voluntarios que puedan explicar cosas a sus compañeros. Facilita esto en todo tipo de horarios e instalaciones. Avísales con tiempo, entusiásmalos, aprender a vender la idea. Con esto demuestras tu genuina preocupación por su desarrollo personal y profesional y vas posicionando a líderes dentro del grupo.
Una vez que el virus de ser jefe haya penetrado bien en ti, no volverás a ver el mundo igual. Es tu deber regresar a compartir con todos nosotros lo que vas descubriendo, para preparar y entusiasmar en la medida de lo posible a los que apenas vienen hacia estos niveles.
Sé jefe. Luego buen jefe. Posteriormente líder. Y al final, sé buen líder. Es así como consigues que las oportunidades se materialicen ante ti: cuando te pones al frente, cuando levantas la mano, cuando aceptas el reto, cuando te pones incomodo, cuando empujas a otros, cuando construyes lo que te propusiste.
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Va con amor y alpha.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.
Me encanta. Gracias Aarón.