Una supervisora muy importante de la organización entró al salón a evaluar una de mis clases de inglés para adultos en aquel instituto en el que me metí a trabajar mientras estudiaba la universidad.
Los niveles de satisfacción de los clientes a mi cargo eran consistentemente de los más altos entre todo el staff. El "teacher Aarón" era bastante popular.
Llegó el momento donde la jefa de mis jefes se sentó conmigo a darme retroalimentación. Esto siempre me ponía nervioso, pues yo era un chamaco en mis tempranos veintes que tenía que aparentar profesionalismo en un entorno lleno de adultos que me llevaban al menos diez años de experiencia y que cargaban con certificaciones internacionales que yo ni sabía que existían. No recuerdo bien todo lo que me dijo, pero en mi mente resalta la nota de que me enrollara las mangas de mi camisa porque que me veía informal. Acepté de buena gana sus comentarios, firmé el documento y la vida siguió.
Algunos días después, uno de mis jefes me dijo que en una reunión ella dijo "Aarón no enseña, entretiene" cuando los demás estaban hablando positivamente de lo mucho que les gustaba a los clientes mi servicio. Me lo dijeron como una crítica y yo la tomé como algo que debía evitar, aunque no sabía cómo. No pude ejecutar ningún cambio para ser "más serio" en mis clases. Mi naturaleza es conquistar a la audiencia para desde ahí conseguir que produzcan lo que tienen que producir con el idioma o lo que sea que estén aprendiendo conmigo.
"Aarón. no enseña, entretiene" es una frase que me impactó, porque me quisieron hacer sentir mal con eso, como si fuera algo realmente incorrecto entretener a la gente. Hoy veo "profesionales" por todos lados aquí en internet que, Dios mío, son aburridos a más no poder y aunque sus ideas, explicaciones, productos y servicios nos pueden servir a muchos, están tan programados por la vieja escuela en que hay que ser "formales" y "serios" que no logran conectar ni contigo ni conmigo.
Llegó el día donde tuve la madurez para aceptar que yo estaba bien, que hay que entretener a la gente y que desde ahí se pueden construir muchas cosas con ellos y que esa supervisora no tenía la gran visión del mundo. Creo que sigue en el mismo empleo hoy, casi veinte años después de aquella sesión de feedback que me dio. Te digo esto porque muchas veces la gente arriba de ti en la empresa en que trabajas te dice las cosas para que mejores y porque su experiencia los avala, pero muchas veces también no tienen una idea de lo que realmente te conviene seguir puliendo. No tomes todas sus notas como palabra sagrada, aprende a distinguir qué sí y qué no implementar.
La frase de aquella señora me hizo sentir bastante incómodo y esa es una señal que he aprendido a leer: ahí hay algo que debo analizar, hay una verdad que me conviene entender a profundidad. Lo que emergió de aquel "regaño" de que yo era entretenido —en lugar de estar enfocado enseñando de forma seria como dice Dios— es que al día de hoy insisto aquí a miles de personas a diario que sean sexy en lo que presentan al mercado y esto involucra ser entretenidos, llamar la atención, empacar bien las cosas.
Hay dos tipos de profesionales en el mundo: los de la vieja guardia y los de vanguardia. Los distingues fácilmente en LinkedIn: los de vieja guardia usan la foto blanco y negro de su diploma oficial de graduación como foto de perfil en una era que te permite lucir presentarte genialmente si tan solo le echas un poquito de ganas.
La vieja guardia tiene mucho que enseñarnos, claro, pero no todo lo que sale de su boca es sabiduría y no es como que están muy adaptados para lo que vienen. Todavía pueden sobrevivir en este duro mercado laboral, pero cada vez menos. Te van a dar buenas notas para dos o tres aspectos que sí te convienen copiarles, pero hasta ahí. Aprende a dilucidar rápidamente qué tomar de ellos y qué no.
Como profesional de vanguardia debes ser un showman, te guste o no. Si eres aburrido, extremadamente serio, lamento informarte que este mundo es injusto para tipos como tú, aunque tu intelecto sea superior, aunque tu ejecución sea excelente, siempre habrá tipos entretenidos que lamentablemente te rebasarán por el carril de alta velocidad. Aprende a empaquetar todo eso fantástico dentro de ti de una manera sexy y poderosa.
Desde aquí un big f*ck you a aquella supervisora que me dijo cosas que me hicieron dudar de las grandes habilidades que tenía dentro de mí. No hard feelings, btw.
No dudes de ti. Si el mercado te está aplaudiendo algo, por ahí va el asunto, independientemente de lo que alguien sin visión quiera hacerte creer.
Va con amor y alpha, como siempre.
Sé audaz y entretenido, querido hijo de la vida.
Y selo ahora.
—A.
P.D. Pasa a modo alto desempeño tomando una de las mejores decisiones de tu vida (no exagero) y regístrate a mi próximo workshop de negocios. Fechas, temas, precios y demás aquí. Te va a encantar.