A un gatekeeper de distancia
Enamora o hackea a quien tiene las llaves y accede a lo que sí te conviene.

Tienes veintiuno, veintidós años. La verdad es que esa tesis que te están pidiendo para darte un diploma universitario no es relevante en lo absoluto. No propones nada nuevo. En serio. Te lo juro, te lo firmo. Te aviso que no eres Gauss ni Bohr. Nadie va a abrir tu tesis después del día del examen cuando la presentes. Las explicaciones que haces en el texto no son realmente claras, mucho menos prácticas. Tus asesores no revisan bien tu trabajo. Todo esta idea de que ya demostraste que estás listo para el mundo laboral por entregar un libro mal hecho llamado tesis es un tonto teatro. En cada sesión de revisión, te van a pedir mil y un correcciones, cambios y demás. Esto tiene como finalidad justificar su salario, aunque para fines prácticos, desde la primera versión tu proyecto podría ser aprobado —esto es porque, recuerda, tu trabajo no es realmente importante, aunque desees pensar que sí, aunque te vendan que es algo “profesional”.
Para obtener la autorización de la hermosa y extenuante investigación copy-paste que hiciste, debes someterte a un ritual que involucra besar —simbólicamente— la mano de las personas que te tienen que otorgar su firma para liberar tu papeleo. La idea es que masajees su ego y demuestres sumisión y respeto. Esto lo logras con las visitas constantes a las oficinas de tus asesores, sacando fotocopias, llenando documentos, sentándote a escuchar sus observaciones, consiguiendo libros para las referencias y así. Te tratan así porque a ellos los trataron así y todos están ciclados pensando que esa es la manera “correcta” de hacer las cosas, pero te lo repito: es simplemente un teatro en el que los papás, los alumnos, la academia y el gobierno se han puesto de acuerdo.
Tus consejeros de tesis son gatekeepers.
Un gatekeeper es algo o alguien a la entrada del túnel de acceso a una dimensión que te interesa conocer/conquistar.
Hay gatekeepers que importan y hay gatekeepers que no. Y cuidado: estos últimos son excelentes haciendo un marketing de sí mismos como si fueran el tema más fantástico del universo.
Un partido político es un gatekeeper ante el cual tienes que hincarte mostrando lealtad, respeto y demás para que te de la bendición y puedas acceder a posiciones públicas en las que de otra forma jamás podrías trabajar.
Una app de red social es otro gatekeeper que tiene la llave para lanzarte a la fama y darte oportunidades grandiosas si te esclavizas a su algoritmo de forma perfecta.
En la medida en que puedas identificar a los gatekeepers que te impiden acceder a lo que te conviene, mejor podrás desarrollar una estrategia para enamorarlos.
Los gatekeepers en tu niñez son tus papás. Sacas buenas calificaciones, te portas bien y entonces tienes acceso a ciertos premios que de otra manera no se materializarían frente a ti.
¿Quiénes son los gatekeepers de las cosas que quieres?
¿Cuáles de esas cosas que quieres sí te convienen en realidad?
Determinando esto, puedes enfocarte en hackear esos gatekeepers.
Muchos seguidores de mi contenido me escriben todo el tiempo pidiéndome recomendaciones personalizadas, consultoría y demás. Aquí el gatekeeper es el dinero. Aquellos que invierten en mis cursos presenciales premium o coaching reciben mi atención total. Quien no supera a este gatekeeper, debe conformarse con el contenido gratuito que ofrezco —y que creo que ayuda mucho, sí, pero no es lo máximo que te puedo dar.
Yo quería estar al frente de una compañía. Me iba a tomar décadas dominar a los gatekeepers de una organización establecida para llegar a ser CEO —y por pura estadística, lo más natural iba a ser que esto jamás ocurriera. Lo que hice fue inventarme mi compañía. Con esta ejecución me salté a muchos gatekeepers —y claro, entre las desventajas de mi movimiento irracional estuvo que atraje a mi vida bastantes problemas que no son obvios hasta que ya estás navegando a medio océano empresarial, pero c’est la vie.
Mi sueño era ser escritor en una gran revista, quería que mucha gente leyera mis ideas y opiniones. La aparición de las redes sociales me permitió conectar directamente con miles y miles de queridos lectores como tú que consumen con alegría e interés mi contenido a diario. Así me salté a los editores-gatekeepers.
Absolutamente todo lo que quieres en esta vida está a un gatekeeper de distancia.
Tatúate esto: absolutamente todo lo que quieres conseguir en esta vida tiene un gatekeeper al que debes superar.
Todo, baby.
Identifícalo.
Determina si te conviene enamorarlo o hackearlo.
Aprieta el botón.
Y únete a nosotros acá, de este lado, donde las cosas son mejores.
Sé audaz.
Y selo ahora.
—A.
Mañana inicia mi curso presencial premium en CDMX. Va a estar genial. Está diseñado para que domines tus objetivo$ ambiciosos a través de una marca personal genial, automatización, negociación, relaciones poderosas y demás. Próximamente compartiré contigo nuevas sedes y fechas para que hagas una de las mejores inversiones de tu vida. Hey, por cierto, sigue en X las actualizaciones en tiempo real de los asistentes con el hashtag #skills2024xab. Ahí te veo.